Este siempre ha sido un debate que me ha perseguido. ¿Qué deben hacer las bandas de heavy? ¿Seguir fieles a unos patrones definidos o deben intentar evolucionar aunque eso les cueste su carrera? Como veis, es un debate muy ambicioso y profundo que, seguramente, nos sobrepase a todos. Desde aquí voy a intentar con vuestra ayuda abordarlo sin complejos, como si fuéramos un grupo de colegas que nos encontramos en un bar y, con unas cervezas y algunos cacahuetes, mientras suena de fondo el The Evil That Men Do de Maiden, tratar de encender algunas luces o, por lo menos, intentarlo. Adelante.. estancamiento o modernidad: el heavy ante la encrucijada de evolucionar o resistir.
Para algunos la respuesta es muy clara: resistir a toda costa, cueste lo que cueste. El heavy es algo marginal, que huye de las masas y que debe de ser para unos pocos. Hay como una idea autodestructiva, fatalista, donde el heavy es un género maldito y que su fin último es caer siempre en una condena eterna. De alguna manera, el heavy se automargina, y parece que es una idea comúnmente aceptada por los más puristas del género. Unos pocos, guardianes de la esencia del heavy metal, que tienen la razón y que no siguen al rebaño.
Cuesta mucho rebatir esas ideas y, por lo tanto, tratar de romper ese muro, lleva siempre a una confrontación. Para mí el heavy no es excluyente, sino incluyente. Siempre ha sido un sinónimo de libertad. De rebeldía, transgresor, de la ruptura de las normas, donde cabemos todos. Da igual de dónde seas, que cultura o religión profeses, si eres ateo, agnóstico o satanista. De derechas o izquierdas, político o apolítico. Comunista o anarquista. ¿Acaso importa todo eso para ser heavy?. Pero, para no desviarnos mucho del camino, la cosa la vamos a centrar en por qué las bandas deben de ser fieles siempre al mismo patrón o, pueden salirse del sendero y probar otros sonidos.
Como os decía al principio, esto es un debate eterno, tan viejo como la noche de los tiempos. Es meternos en un puzle tan complejo, que llegaremos a un punto donde no encontremos la pieza exacta para cerrar la obra. Digamos, que es un viaje sin destino final, donde iremos encontrando salidas y cada uno se irá saliendo en la que más le guste.
Al hablar de música, hablamos de una expresión sonora que requiere una sensibilidad y talento especial. No todo el mundo puede ser músico, como no todo el mundo puede ser pintor, escritor o deportista de élite. Vamos, un Messi o Pogacar, por poneros algún ejemplo. No es lo mismo tocar en una banda y poder vivir de ello, tener tú base de seguidores, que ser un simple fan, que solo esperas que ese grupo tuyo preferido te ofrezca lo que tú quieres oír.
Aquí abrimos otro melón dentro de los múltiples que hay. Todo esto es como una Matrioshka. Esas muñecas tradicionales rusas en donde a medida que vamos descubriendo una, en su interior hallaremos otra y así sucesivamente las veces que queramos de manera casi infinita. Mucha gente considera que si una banda evoluciona en su sonido, pasa de tocar un género en concreto a sonar en otro subgénero, es que los han traicionado. Hay un vínculo casi místico y ritual entre el fan del heavy y ese grupo favorito, donde un cambio en las expectativas sonoras provoca que el seguidor se sienta traicionado.
A mí siempre me pareció más valiente y arriesgado que un grupo trate de evolucionar. De probar un nuevo reto. Salir de su zona de confort. Me parece que ese grupo, al tomar riesgos, también te está dando más variedad y matices que no solo seguir la misma fórmula. Es verdad que la fidelidad siempre es un valor noble y seguro, pero es que aquí hablamos de música, no de relaciones personales. Un grupo no es tú novia, ni tú madre, ni tú hermano. Una banda está compuesta por artistas que pueden querer dar rienda suelta a su creatividad y no estar siempre metidos en la misma burbuja.
Muchas bandas creen que lo mejor es resistir y apostar siempre por una fórmula segura que siempre les ha dado éxitos. Ejemplos hay muchos. Por poner uno muy conocido y mundialmente mediático y que ha vendido millones y millones discos, y que todavía sigue siendo una banda adorada e idolatrada. Serían los AC/DC, la banda de los hermanos Young es un ejemplo puro de grupo que no ha variado un milímetro su propuesta desde que sacaron en 1975 su primer álbum. Dos guitarras, un bajo, una batería y la garganta de Brian Johnson. Para muchos, son la esencia pura del Hard Rock. Unas canciones que no tienen trampa ni cartón, sin efectos ni teclados. Lo que oyes es lo que sale de sus dedos y gargantas.
Otro buen ejemplo serían los Motörhead de la leyenda eterna, ya fallecida, Lemmy Kilmister. Otro grupo pétreo y fiel, más que un sonido, casi a una filosofía de vida. Motörhead era más que una banda. Para muchos era su vida. Grupo que encarnaba como pocos lo que es la comunión casi de vida o muerte entre el fan de rock y una banda. La fidelidad como valor seguro, generando un vínculo emocional indestructible, que los consolidó como una de las grandes marcas y emblemas de lo que es esta música.
Tampoco podemos olvidarnos de los Iron Maiden del bajista Steve Harris. Quizás de las tres bandas que hemos visto la que ha variado un poquito más su propuesta, aunque siempre ha sido un valor seguro, y una propuesta muy reconocible. Nombrar a La Doncella es decir la encarnación casi perfecta e inmaculada del heavy metal. Tres bandas que tienen todos mis respectos y admiraciones. Son instituciones en esto. Como tres monolitos imperturbables y eternos. Pero, qué pasa cuando otras se ha desviado del camino. Aquí es donde entramos en mareas vivas y corrientes que pueden hacernos naufragar y llevarnos al fondo del mar. Si hay una banda que encarna la traición más grande que se ha dado en el heavy es, sin duda, los Metallica con los Load y Reload. La edición de esos discos en 1995 y 1997, respectivamente, fue un acontecimiento tan destructivo para el fan del metal, como fue la explosión de la bomba atómica de Hiroshima.
Los cuatro jinetes de San Francisco que eran los dioses indiscutibles del Thrash metal, cómo pudieron hacer semejante canallada. Si fueron los fans del metal los que los pusieron ahí. Hasta ese día eran una de las bandas más idolatradas y queridas de todo el universo del metal. Millones de seguidores, algunos de ellos capaces de hacer las mayores locuras que os podais imaginar. Recorrer miles de km a pie para verlos o, hasta dejar a su novia o a su madre una noche con ellos para que Lars o James se la follara. Era tal su devoción, que pasaron del amor absoluto al odio más enfermizo. Metallica con Load encarnó lo que es adaptar el sonido a una época, y la apertura estilística para atraer a nuevos oyentes y revitalizar su carrera. La jugada no pudo ser más ingeniosa. Es cierto que perdieron muchos fans, pero también ganaron muchos otros. Las ventas los avalaron, y sus giras y conciertos siguieron siendo multitudinarios.
Otra banda que podíamos traer perfectamente para ilustrar la adaptación y cambio de sonido, son los británicos góticos de Paradise Lost. Una de las sensaciones de principios de los 90s, que siempre llevaron una carrera evolutiva y que nunca se casaron con nadie. De empezar en 1990 con un death/doom crudo y cavernoso, para acabar, tan solo nueve años después, en casi el synth pop con su séptimo disco, Host. Lo que abrió otro cisma y provocó una ruptura total con la comunidad metalera.
Tabla comparativa: Fidelidad vs. Evolución en el heavy metal:
Banda | Álbum representativo | Fiel al sonido | Evolución sonora | Comentarios |
---|---|---|---|---|
Iron Maiden | The Number of the Beast | ✅ | ⚠️ Leve evolución | Su estilo ha madurado, pero mantiene la fórmula clásica. |
Metallica | Master of Puppets / Load | ❌ | ✅ | Ejemplo clásico de giro estilístico polémico. |
Opeth | Still Life / Heritage | ❌ | ✅ | Del death metal progresivo al rock setentero. |
Saxon | Wheels of Steel / Carpe Diem | ✅ | ⚠️ Modernización leve | Constancia con producción moderna. |
Paradise Lost | Gothic / Host / Obsidian | ❌ | ✅ | Del death/doom al gótico y vuelta a sus raíces. |
AC/DC | Back in Black / Power Up | ✅ | ❌ | Fieles a su fórmula desde los 70. |
Kreator | Pleasure to Kill / Phantom Antichrist | ⚠️ | ✅ | Evolución hacia un thrash más melódico y moderno. |
Amorphis | Tales from the Thousand Lakes / Queen of Time | ❌ | ✅ | Progresión constante desde el death/doom. |
Vistas las dos caras de la moneda, los dos polos opuestos. De pasar de un sonido duro y metalizado a caer casi en el pop, bien podríamos meter un camino intermedio, una tercera salida: casos de equilibrio; ni fidelidad absoluta ni ruptura total. Evolucionar sí, pero haciéndolo de manera orgánica y sutil. Podría ser una tercera vía totalmente válida, e igual, la más inteligente, pero, seguramente, la más complicada de conseguir. ¿Cómo se moderniza una banda sin perder sus raíces? Parece algo muy fácil de decir, pero que no es nada sencillo de llevar a la práctica. Igual vosotros, apreciados lectores, tenéis algunos buenos casos. Yo los que conozco, salieron todos bastante mal. Uno muy mediático y conocido puede ser el de los Judas Priest con Jugulator, que, mientras todas las bandas de los 90s caían en el grunge y rock alternativo industrial, estes, siguieron la estela groove de Pantera, cosechando un pobre resultado. También nos puede valer el caso de los brasileños Sepultura que, posiblemente, tengan una de las evoluciones más coherentes sin perder mucho sus raíces, por lo menos hasta el, nunca mejor dicho, Roots, de 1996.
Está claro que no hay ninguna salida fácil para una banda. Todos los grupos heavies de los 80s, en algún momento se encontraron en esta encrucijada. Las que siguieron fieles a sus raíces, la mayoría fueron devoradas en los 90s. Muchas desaparecieron o se convirtieron en grupos irrelevantes que, poco menos, acabaron deambulando, haciendo la travesía del desierto durante gran parte de esa década. Los casos de gente como W.A.S.P., Dokken o Ratt... casi toda la generación del Glam Metal; Poison, Cinderella... Muchas de todo el movimiento de la NWOBHM, fueron atropelladas y apartadas del camino, quedando averiadas en alguna cuneta o varadas para siempre en algún puerto olvidado.
La fidelidad a un sonido, te da identidad y reconocimiento, pero también te puede meter en el estancamiento y ser barrido por la situación y la época. Cuando una banda experimenta y el resultado final no conecta, se enfrenta a duras críticas e incluso a la pérdida total de apoyo, lo que puede llevarla a la desaparición. Una evolución bien planteada puede ser liberadora, expandiendo su alcance sin renegar a su esencia. Evolucionar en el tiempo para seguir siendo relevante, aunque eso suponga una pérdida de apoyo.
Entonces... ¿Qué deben hacer las bandas? Es la pregunta del millón de dólares. Dicen que cuando uno no sabe qué camino elegir, la opción de lo clásico nunca falla. Como fans, ¿Qué preferimos? ¿La apuesta tradicional, conservadora, de escuchar siempre el mismo disco?. ¿O preferimos que una banda arriesgue, tome riesgos y presente algo distinto aunque el resultado final no nos convenza? En mi humilde opinión, la innovación siempre hará más por un estilo, por un género en particular, aunque en algunos casos nos parezca que traicione nuestros ideales, que seguir trillando la misma fórmula. Las bandas que han probado cosas diferentes, son las que, mayoritariamente, han abierto nuevas puertas y han hecho que el estilo se expanda y surjan nuevos subgéneros.
Conducir un coche clásico siempre tendrá un encanto especial, eses vehículos de los años 70 y 80, puede que tengan su público y te ofrezcan algo único, una experiencia al volante que siempre será una sensación particular. Pero hoy en día nadie se mueve en un Seat 600 o 124. Como tampoco nadie va a trabajar en un carruaje de caballos, ni escribe sobre un pergamino con una pluma mojada en un tintero. Lo tradicional como referente y punto de partida, el perfume de una época para lanzarnos a conquistar el futuro, pero nunca una fórmula inamovible y eterna.
¿Qué sería de nosotros si la ciencia no hubiera evolucionado, descubierto nuevos medicamentos y tratamientos. Nuevas técnicas curativas, y no seguir la medicina de hace 40 o 50 años?. ¿Cuántas personas se han salvado gracias a que la ciencia nunca se ha quedado quieta? Pienso que la música debe seguir hacia delante, como toda expresión artística, y no se debe coartar ni impedir que se desarrolle. Las bandas deben de tratar de crecer y experimentar. Después, somos nosotros los que debemos decidir si el resultado final nos convence o no, pero nunca obligar a un artista o músico a hacer o crear una determinada cosa, replicando siempre los mismos esquemas.
Sin evolución no hay futuro, por eso, tras este pensamiento a pecho abierto, de filósofo barato, he llegado a la conclusión de que prefiero el avance al inmovilismo cómodo y resignado. La dicotomía entre tradición y modernidad siempre tendrá una lucha ancestral. Me parecen conceptos que no tienen por qué ser excluyentes y, en muchos casos, se pueden complementar y coexistir. Ni el camino de la derecha, ni el de la izquierda. Por el medio y en línea recta. Hasta la próxima, amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario