domingo, 7 de septiembre de 2025

Dan Spitz: cuando uno deja la guitarra de heavy para convertirse en relojero....


Estas son las historias por las que, de vez en cuando, merece la pena dejarse caer por aquí. Siempre pensamos que los artistas, nuestros ídolos, son personas especiales, que están hechas de otro material distinto al nuestro. Vamos, que no cagan, ni mean, y que tampoco se pajean o se cogen unas diarreas como el vinagre en la taza del baño. Pues no, señor (señores) estos tipos son como nosotros. Su mierda huele igual de mal que la mía o que la vuestra. Lo que  nunca pensé es que hubiera alguna relación entre la guitarra de metal y un reloj mecánico. Para comprobarlo, aquí va: Dan Spitz; cuando uno deja la guitarra de heavy para convertirse en relojero...


Dan Spitz, año 88
¿Alguno de vosotros dejaría el puesto de guitarrista en Anthrax para ser relojero? Si mi hicierais esta pregunta hace 30 años os diría de cabeza que NO, pero a día de hoy puedo entenderlo. Este hombre, un currante de la música, un obrero del metal que consiguió llegar a vender millones de discos y a hacer giras mundiales, supongo que se cansó de todo eso y sus necesidades en la vida cambiaron. Seguramente, pudo permitírselo. Ganaría sus billetes con Anthrax y, gracias a que su abuelo fue un maestro joyero, eso, no cabe duda, que le ayudó a tomar ese paso, sentó las bases y marcaron su destino. No todo surge de la nada, aunque, lógicamente, hay infinidad de casos y situaciones.

Muchos pensaréis en qué relación puede haber en ser guitarrista de una banda de thrash para convertirse en relojero. Pues tiene más de lo que pensáis. Las dos van colgadas (como los huevos), y en las dos hay que currárselo. Uno no nace relojero, y hay que formarse. Como tampoco uno no nace guitarrista de heavy. Otra cosa es que tengas unas cualidades innatas para ello y seas capaz de desarrollarlas. Tanto uno como otro, requieren trabajo y dedicación y, un gusto especial para llevar el tempo. Lo comentaba el propio protagonista, Sr. Spitz, en una entrevista: ya con ocho años se sentaba al lado de su abuelo para aprender el oficio, y más tarde, se encerraría durante horas en su habitación practicando con su guitarra eléctrica.

No le fue mal. Muchos lo hicieron y no lo consiguieron. ¿Cuántos casos hay de buenos guitarristas que nunca llegaron al status que llegó él?. También es verdad que muchos otros llegaron mucho más alto. Pero el pequeño Dan (digo pequeño, porque solo mide 1.55 cm) no puede quejarse. Con los neoyorquinos viviría su sueño. Estaría con ellos desde el principio, en la primera linea del thrash, viviendo los años dorados de la banda. Desde aquel speedico primer disco de 1984, Fistful of Metal (el del puñetazo que sale de la boca), hasta su último con Charlie Benante y Scott Ian editado en 1993 llamado Sound of White Noise. Es decir, toda la mejor producción que salió de sus mentes. Spitz fue el guitarrista solista, que tocó esos solos de los icónicos Spreading the Disease, Among the Living o Persistence of Time.

Dan Spitz, año 90
Muchas tías se la mamaron en habitaciones de hotel repartidas por todo el mundo o, en el backstage previo a salir en los conciertos. Firmaría autógrafos y se subiría a escenarios dentro de estadios y pabellones. Se drogaría y se emborracharía en múltiples ocasiones pero, al final, dejó todo eso para convertirse en un maestro relojero, y así poder tener su propio taller y marca de relojes.

Discos de platino, nominado a varios Grammy, portada de muchas revistas (Metal Hammer y todas esas...), hasta llegaría a tener su propio modelo de guitarra: la famosa Jackson Randy Rhoads custom con dibujos de las tortugas ninja que tanto usó. Colega del Dave Mustaine, montarían juntos una banda, y sacarían un disco (aunque el pelirrojo no tocó, pero sí lo produjo) de título homónimo al grupo Red Lamb. Pero nada de eso fue suficiente para él que, en 1995, decidió colgar su Jackson en una pared. 

Igual no era un verdadero heavy o, se cansó de ese mundo. ¿Se puede ser un gran metalero, tocar la guitarra y ser relojero?. En mi opinión, SÍ. Me parece peor ser político y ladrón o, presumir de pedigrí metalero y después dar clases en un colegio de curas... Él dijo que ya no sentía la llamada del heavy corriendo por sus venas y que el nacimiento de sus primeras hijas fue lo que acabó decantando la balanza a favor de las piezas y lentes de relojero.

Las giras queman mucho y si tienes hijos tú perspectiva de la vida cambia mucho. El "mini torre" así es cómo lo conocían sus excompañeros de Anthrax, en alusión a su pequeña estatura, tuvo suficiente con los excesos del rock.

Spitz de relojero
La aparición de la enfermedad del túnel carpiano también salió a su encuentro. Un síntoma muy común en los guitarristas de metal, donde varios dedos de la mano se entumecen le enseñaron el camino correcto: ser maestro relojero. Y no se lo tomó en plan coña, que se fue a estudiar en condiciones la profesión a varias academias suizas (cómo no), convirtiéndose un un tipo muy bueno haciendo relojes de lujo totalmente mecánicos. Nada de circuitos ni pantallitas digitales. Todo son engranajes, ruedecillas y mecanismos complejos. Entre unas dos mil y cuatro mil piezas que tienes que colocar dentro de un reloj de eses para que todo funcione y te lleguen a pagar unos 128.000 dólares por cada uno como le pasó al propio Spitz.

La cosa le fue también que no ha tenido que volver a colgarse la guitarra para poder vivir. Tiene su propia marca de relojes, y es un reconocido y reputado maestro relojero. Ojo, que no hablamos de un empleado que monta cuatro relojes para una marca cualquiera. Spitz es toda una eminencia (dicen) en ese mundillo. Todo un empresario del sector que llegó a establecer una unión muy especial con un reloj y una guitarra de heavy.

De maestro del metal a maestro del reloj. Joder, mola, tíos. Un grupo de heavy que se llamara "Maestros del reloj" (en inglés "Clock Masters") --tiene poder y mucha fuerza--, liderado por el propio Spitz. Por eso, igual, la portada del Persistence of Time de los Anthrax, que tenia un reloj de fondo, y muchas letras versaban sobre el tema. Todo cuadra, amigos. Un relojero es una persona siempre muy unida al tiempo. A ese paso inexorable, juez imposible de parar, que marcan las manecillas, junto ese tic-tac que se oye, cuando todo está en silencio y llevas uno puesto.

Dan Spitz en su taller de relojería

También se convirtió al judaísmo cristiano y, junto al tío Mustaine, escribirían la primera canción heavy donde se abordaba abiertamente el tema del autismo (Spitz tiene dos hijos autistas) llamada "Puzzle Box". De este diría que fue una de las personas que lo rescató de ese mundo para volver a sentir la pasión de tocar una guitarra de metal. Parece ser, que el propio Mustaine lo apreciaba y lo echaba mucho de menos.

Mustaine y Spitz (grandes amigos)
La verdad es que nunca me fijé mucho en este hombre más allá de saber de su paso por los Anthrax. Siempre pendiente más de los guitar heroes de la época como: Satriani, Vai, Malmsteen, Van Halen y compañía. Y lo cierto que este tipo nacido hace 62 años en el condado de Rockland (New York). Hijo de un abogado y de una profesora, me ha parecido un tío de lo más interesante. Nunca había hecho la asociación relojes y heavy metal. Y es el ejemplo de que no todo el mundo en el heavy metal es un descerebrado pajillero. También hay gente con talento y que tienen inquietudes que merecen la pena descubrir. 

Una leyenda menor del thrash donde su historia nos sirve de recordatorio para ver que no todas las figuras del metal mueren tiradas o detrás de un escenario. También hay otras que supieron reinventarse y seguir con su vida vinculados a otra cosa. De recorrer el mundo tocando "Antisocial" para acabar metido entre engranajes y resortes de reloj. No es un mal final. De hecho, lo es bastante bueno. Mejor del que pensamos. Un superviviente que escapó del manido lema: -Sexo, drogas y rock and roll- y todavía vive para contarlo... 

Ahora que todos los chavales quieren ser youtubers e influencers, a lo mejor les venía bien leerse este reportaje e indagar en la vida de este hombre. Igual se les despertaba el interés en ser relojeros. ¿Y vosotros... ? ¿Queréis ser relojeros?... Hasta la próxima, amigos.

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