viernes, 17 de enero de 2025

Desultory - "Antes de hoy, más allá del mañana": En..."Swallow the Snake" (1996, Metal Blade)


Me llevé una decepción gorda en 1996 con estos discípulos tardíos del "estocolmo sound", como últimas esperanzas, herederos de la mejor tradición del sonido "Buzzsaw" o motosierra, para salvar el swedish death metal. Parecía que lo podían conseguir, pero tras su tercer largo "Swallow the Snake", las esperanzas se convirtieron en decepciones. Su bella historia fue tan corta y tan intensa que merece la pena recordarlos. Os dejo con; Desultory "Antes de hoy, más allá del mañana..."


A partir de octubre de 1993, Entombed habían remodelado todo el garito con "Wolverine Blues". La bruma salida de bosques malditos, llenos de seres monstruosos, ahora era humo que venía de canutos con sabor a vainilla que se fumaba el Nicke Andersson, apodado, Nick Royale, el crupier sueco manejaba los hilos y quería volver a sacudir los cimientos de la escena. No es que se barajaran otra vez las cartas, es que se habían cargado la baraja completa. Los que se sentaban a su mesa, no les quedaba otra que bailar a su juego. Eses "Left hand Path" y "Clandestine" ya eran pasado. Algo aburrido que para el Sr. Andersson resultaban demasiado primitivos. A su líder le había entrado un antojo de hard rock garajero y setentero, que no se le ocurrió otra cosa que fusionarlo con el death metal. Joder, por qué no se me ocurrió a mí antes. Si es que la idea no era mala. Acostar el hard rock con el death metal. El Death 'n' Roll había nacido, colegas...

En medio de este caos, les coge a los Desultory con sus instrumentos preparados para entrar en los míticos "Sunlight Studio" para grabar la continuación de su, ya considerado, clásico debut "Into Eternity". Ya no había vuelta atrás, las canciones estaban en su cabeza y el Tomas Skogsberg no les iba a conceder ni la más mínima prórroga. Si no entraban el día pactado a grabar, fuera, y que pasaran los siguientes. Los estudios estaban tan abarrotados, con listas de espera de meses, que el Skogsberg no se paraba con nada ni con nadie.

Portada disco "Into Eternity", 93

Eso fue lo que pasó con su segundo largo, "Bitterness", una de las últimas balas de plata del swedish death metal. Siempre tuve al Tomas Skogsberg como un ídolo, casi un mesías. Hasta que un día me enteré que era un tirano de carallo. Un ser avaricioso, y muy amigo del dinero. Algo así como los curas, pero disfrazado de falso metalero. A partir de aquí, le cogí bastante asco a este tipo y, por eso, en el otro lado, nunca me lancé a hacerle un templo metálico. No se lo merece, así de claro. 

El death metal se estaba muriendo, aunque yo ávido y deseoso de su furia y sus gruñidos me resistía a creerlo. Todavía pensaba que en 1994 el death todavía podía renacer y seguir ofreciendo buenos discos. Mis ambiciones se enfrentaban a la cruda realidad. Estos eran los últimos estertores de un estilo que estaba siendo devorado por las hordas blackers del black noruego. Ley de vida. Florece un nuevo subgénero, y este se come a su predecesor. Y así sucesivamente...

El cambio de paradigma era imparable. Paradise Lost, uno de los referentes de estos Desultory, mudaba la piel hacia un doom/gothic más refinado y menos afilado con "Draconian Times". Carcass hacía lo propio con "Swagnsong". Sentenced se transformaba en "Amok". Si hasta los Dismember experimentaban con "Massive Killing Capacity". Parece que nadie apostaba por el death metal. ¿Por qué iban a hacerlo estos Desultory?. No era ni viable ni rentable económicamente. Víctimas de una carrera tardía, sus pisadas ya eran marcadas por otros. Igual que Entombed se enfrentaban a su tercer largo, disco clave para el devenir de su futuro. Hasta el momento, los inventores del sonido motosierra habían acertado. Cada disco que presentaron, había sido un éxito. Al fin y al cabo, la responsabilidad de presentar algo novedoso recaía en Nick y sus muchachos. No de estos Desultory que no eran más que unos buenos alumnos aventajados. Si se equivocaban, sería el fracaso de todos. 

Portada disco "Bitterness", 94

1996 no era para corazones nostálgicos. Perdida la rabia, eran tiempos de cambio. Igual por eso, Stefan Pöge, su guitarrista solista y una de sus almas, desaparecería para nunca más volver a la banda. Tras él quedaría su obra, la obra maestra de los Desultory, "Bitterness", uno de los últimos grandes discos que dio el swedish death metal, donde reluce una de las mejores portadas de todo el género. Hecha por otro ilustre portadista como Kristian Wåhlin, solo verla transmite tanta majestuosidad como la música que guarda en su interior.

La melancolía amarga de "Bitterness" daba paso a la serpiente de "Swallow the Snake". Un nido de ellas, sobre montones de groove, grunge y rock alternativo donde ya nada era antes de hoy, sino un más allá del mañana. Todas enroscadas, donde ninguna se reconoce y donde todas parecen iguales. Mientras en "Into Eternity" y "Bitterness" exploraban un death metal oscuro y melancólico, lleno de pasión y entrega. Aquí perdían ese impacto visceral y crudo que los caracterizada.

Los Desultory se mostraban muy dispuestos a evolucionar, desprendiéndose de esa emocionalidad desgarradora que habían mostrado en el pasado y que los hacía tan grandes. Pero aquí no logran capturar la magia de sus primeros lanzamientos, ni tampoco ser una referencia que pudiera destronar a "Wolverine Blues". Los más fanáticos lo vieron como una traición a las raíces, mientras que a otros les parecieron como un experimento, una curiosidad donde tan solo en el último tema "Silent Suffering" eran capaces de volver a sentir su grandeza. Todo junto era muy poco para el potencial que tenían. Un talento desaprovechado, que fue directo al cajón de las esperanzas perdidas. 

Contraportada CD "Swallow the Snake", 96

He querido traeros este disco, como ejemplo de como una banda con tanto potencial a veces se puede quedar en el 0 más absoluto. Me resulta muy difícil explicar este bajón en su discografía. Un paso totalmente en falso que les costó su carrera. Una explicación de que a veces seguir la masa tampoco es una opción. Una experimentación mal dirigida, unida a una fatiga creativa, que daba la sensación de que las composiciones eran forzadas y donde nada parecía auténtico. Si no tienes buenas ideas, a veces, es más sensato refugiarte y esperar a que la tormenta pase. Serían abandonados por su disquera, Metal Blade, y tras ella, sus componentes se disolverían montando otras historias que no daban el nivel a su leyenda. Es cierto, que volverían, tres de ellos, 14 años después, pero ya cuando todo era muy tarde y la gente se había olvidado de su historia.

Con todo, sus dos primeros discos son obras maestras del género, que para nada quedan empañadas por este "Swallow the Snake", una curiosidad perfectamente escuchable que va directa al purgatorio de las causas perdidas. Esas que pudieron ser, pero que nunca fueron. Hasta la próxima, amigos!

Veredicto: Purgatorio. 6/10



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