lunes, 2 de junio de 2025

Mental Vortex de Coroner: dentro del vórtice mental de los Coroner...


Los malditos Coroner, amigos. De entre el pelotón de bandas que no han tenido mucha suerte, sin duda, tendríamos que meter a este trío suizo, más conocido como Los Rush del Thrash Metal, que siempre les ha perseguido un manto de fatalidades y contratiempos. Quizás su música nunca se prestó para el disfrute de las masas o, tal vez, en su corta pero intensa carrera, no hubo los aciertos que necesitaban. Como ejemplo de todo esto, os invito a adentrarnos en su polémico cuarto disco, Mental Vortex, donde estos tres tipos llegaban casi al final de su destino metidos dentro de un vórtice mental: El vórtice mental de los Coroner...

1. Divine Step (Conspectu Mortis) (07:05)
2. Son of Lilith (06:55)
3. Semtex Revolution (05:31)
4. Sirens (04:56)
5. Metamorphosis (05:35)
6. Pale Sister (04:55)
7. About Life (05:18)
8. I Want You (She´s so Heavy) (07:15)

Produced by: Tom Morris
Noise Records, 1991



Era 1991 y el Death Metal todavía continuaba como rey absoluto de los sonidos extremos. El thrash aguantaba ahí el tirón, sobreviviendo, esperando volver en algún momento a resurgir y retomar el trono perdido. La mayoría de bandas icónicas del thrash habían entregado sus mejores obras. Ahí estaba, el para muchos, disco cumbre del género: Rust in Peace de Megadeth, como una de las cimas absolutas del estilo. Slayer había hecho lo propio con el excelente Seasons in the Abyss y, también, Kreator, ofrecía su obra maestra llamada Coma of Souls. Pero aún quedaba los Coroner con su cuarto disco. Mental Vortex no es un álbum que goce de muchas simpatías. Para muchos, un disco flojo que evidenciaba la decadencia de una banda y de un género, que daba sus últimos coletazos antes de convertirse en unos sonidos totalmente residuales y minoritarios.


Los Coroner en los 80´s (Ron Royce a la dcha)

Coroner siempre fueron una banda especial, centrada en sus creaciones y a su rollo. Un irrepetible power trío suizo dotados de unas habilidades instrumentales a la altura de muy pocos. Su complejidad técnica y su peculiar voz, a cargo de Ron Royce, los convirtieron en un grupo extremadamente complejo y particular, con mucha calidad concentrada, pero igual no apta para dar el salto a las masas como siempre muchos anhelaron. Estoy convencido de que esta gente consiguió la máximo que pudo tocando su música. Que a lo mejor los de la Noise no fueron lo suficiente diligentes para saber moverlos mejor, faltó más compromiso y promoción o, dar el salto a otro sello más potente, pudiera ser, pero sus canciones, siendo realistas, no se prestaban para ser interpretadas dentro de un estadio ante cientos de miles de fans.

Mucha gente dice que fue su voz la que los privó en verdad de pegar el salto a una audiencia mayor.  Eso también lo pensé yo durante muchos años. Un cantante mejor, con una voz más versátil y heterogénea, y no ese tono y registro tan monótono y limitado de Ron Royce (Ronald Broder) que los encasillaba y metía en un nicho musical de culto, pero encuadrado y concentrado para un grupo minoritario de seguidores.

Arriba izq, Baron y Royce
Desde luego esta gente tenía el potencial suficiente para haber mutado y reconvertido su música en algo mucho más comercial y accesible. Estoy convencido de que eran capaces de hacer hits potentes y gancheros pero, o nunca se atrevieron, o tal vez nunca quisieron. No lo sé. Pero si hay un disco que se acercó mucho a algo parecido es en este Mental Vortex. Posiblemente una de las últimas grandes obras del Thrash Metal. Aunque encasillarlo así sería reducirlo a una etiqueta demasiado pequeña, que para nada refleja lo que grabaron aquí. 

Un trabajo que muchos reniegan por ser el más melódico, lento y accesible de todos los que habían hecho. Y es verdad, aquí se presentaban como una banda con más heavy y groove que thrash. Un metal más técnico, refinado y pulido, llevado a otra dimensión espacial. Hay verdaderos momentos de magia y comunión musical como en la parte del puente preludio del solo del tema Son of  Lilith, que resulta de una belleza musical que nunca había sentido al escuchar sus discos.

La gente adora sus anteriores Punishment for Decadence, del 88 (donde tal vez nuestros absorbed tomaron prestado el nombre) y No More Color (1989), como sus obras maestras. No os lo niego en absoluto y, seguramente, como discos clásicos de thrash técnicos sean inalcanzables. Auténticas obras maestras de ese estilo. Pero creo, humildemente, que en este Mental Vortex van un poco más allá, y ofrecen todo eso, pero potenciado y renovado, proyectado en algo más rico y versátil.

Casete disco Mental Vortex, 91

Los Coroner llegaban a 1991 con la sabiduría que les daba haber hecho ya tres discos, poseedores de la madurez y tablas necesarias para, apoyándose en todo eso, crear un obra universal llena de matices y partes deliciosas. Yo no recuerdo pasajes tan atmosféricos en sus canciones como en la parte central de Semtex Revolution, que es toda una maravilla. Ni el comienzo tan psicodélico y etéreo de Metamorphosis, que parecen los lamentos de una ballena pidiendo ayuda dentro de un océano que se pudre y se llena de basura. Los cambios de ritmos frenéticos y los solos, esos momentos de lucidez personal a cargo de otro de los grandes guitarristas del thrash como era el poco reconocido Tommy T. Baron (en su vida real, Thomas Vetterli).

Mental Vortex para mi es un disco casi perfecto. Elegantemente sombrío, envuelto en siete temas y una versión de los The Beatles magistral, que le va de perlas al final del trabajo, ejemplo de lo que os tengo comentado muchas veces. Lo de poner una canción atípica para cerrar, que rompa la dinámica y de un giro inesperado que no te esperas. Para muchos una cagada, un tema que no pinta nada en un disco de metal y, para mí, una ocurrencia extravagante, que sólo se atreven a probar las bandas que no están atadas a nada ni a nadie. Que tienen la personalidad y la audacia necesaria de atreverse a colocarlas en sus discos. La diferencia y toque que hace que un disco pase de bueno a extraordinario.

foto interior LP, Mental Vortex, 91

Estaba claro que los que fueran roadies de Celtic Frost durante la gira Tragic Serenades en 1986 (vamos, los que les preparaban los instrumentos, montaban todo el tinglado y conducían la furgoneta de gira) Baron, Royce y Marky en este Mental Vortex tocaban más y mejor. Por primera vez tenía una producción realmente buena, a la altura de su música, preparada por la leyenda americana de las producciones, Tom Morris, que supo entender y capturar su sonido y darle el brillo y calidez musical que necesitaban, primero grabando en los Sky Trank Studios alemanes, para después irse a sus Morrisound de Florida para mezclarlo. 

Estas leyendas thrashers suizas habían dado un paso al frente, haciendo una experimentación mucho más ajustada, siempre probando cosas de casi cualquier estilo. El amor por la música clásica que siempre profesó el Tommy T. Baron o el gusto por el rock setentero de su batería Marky, hacían que estos Coroner siempre fueran un grupo muy particular. Sus aperturas mentales y gusto por escuchar de todo, seguramente era su receta mágica para ser lo que son, una banda puntera que siempre fue un poco más allá de las reglas establecidas.

Los Coroner, época No More Color, 89
Para mí Mental Vortex representa la cima de estos Coroner. Su mejor disco hasta la fecha. Y un trabajo que sigue a la vanguardia de la música. Un vórtice mental que se abría con un sampler de la película de culto Re-Animator (1985) y se cerraba con una acertadísima y oscura I Want You (She´s so Heavy) de los Beatles. 34 años de una fusión magistral de rock, progresivo, jazz, música clásica y thrash que todavía se alza con orgullo antes de que todo se acabara definitivamente. Aún habría tiempo para un recomendable e interesante último disco, Grim (93) que significó el fin de estos Coroner

Se volverían a juntar en 2010 para volver a tocar juntos en 2011 en el festival Hellfest Summer Open Air (Francia), donde, posteriormente, anunciarían una gira y, seguidamente, la firma de un contrato con los de Century Media para la grabación de un nuevo disco del que nada se sabe desde entonces y donde parece que todo sigue en el más absoluto misterio y enigma. El mismo que parece que siempre acompañó a estos infortunados Coroner. En el fondo del vórtice, Coroner sigue esperando a que solo los atrevidos se atrevan a mirar hacia dentro...  Hasta la próxima, amigos.

9/10


4 comentarios:

  1. Qué discazo, y qué buena reseña te has marcado. Me ha gustado mucho cómo destacas la evolución de Coroner hacia un sonido más maduro y elaborado sin perder agresividad. Mental Vortex es eso: técnica sin alardes vacíos, atmósfera densa y temas que te envuelven, como “Divine Step” o esa pedazo de versión de los Beatles que se sacaron de la manga. Un álbum que gana con cada escucha, y tu texto lo refleja perfecto. Buen trabajo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si te soy sincero, durante años estuve dudando entre este y el anterior, No More Color, como su mejor disco. Creo que, sinceramente, Mental Vortex es superior. Me parece su disco más imaginativo e innovador. Aquí los veo más sueltos, haciendo un metal más global y abierto, donde consiguen crear buenas piezas más allá de su thrash más encorsetado que hacían en sus inicios. Pero bueno, hay gente que prefiere, o el No More Color, o el anterior, Punishment for Decadence. Que son más thrasheros, y la gente lo flipa. Yo creo que con Mental Vortex van un poco más allá...

      Lo de la versión al final de The Beatles fue muy criticada, y mucha gente le metió cera al disco por ella. Yo creo que le queda genial al álbum. Haciendo un cambio de tercio muy interesante al final, sacando hierro al trabajo. Es como cuando ves una peli de terror y al final cierran el film con un villacinco...jajajjajaj..

      Nada, gracias a ti por pasarte. Si te gustas, por aquí nos vemos. Un saludo.

      Eliminar
  2. Ay Coroner.

    A estos los escuché prácticamente desde que salieron, y nunca pude hacerme con ellos. Salían por Noise, que por aquel entonces era de donde salían casi todos los grupos que más me gustaban. Pero no sé por qué, nunca conseguí hacerme con ellos. No se si es por la voz, por la música más intrincada, con mas recovecos, giros, cambios de ritmo (que no era lo usual entre los grupos de thrash de la época, que estaban por cosas más simples).

    Este caso es para mí parecido a Voivod... las primeras veces que los escuché, "no los entendía", me costaba centrarme y terminaba cambiando a otra cosa. Eso sí, a los canadienses les di muchísimas oportunidades hasta conseguir hacerme con ellos (su época clásica, que luego les perdí la pista totalmente).

    En fin, les seguiré dando oportunidades. De momento, un 7 para Coroner y su Mental vortex.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues este es el más accesible de todos los que sacaron. De hecho, puede ser un buen disco para iniciarse en su mundo, y después, ir desescalando y hacer el camino inverso. A mí siempre me gustaron. La única pega que les pongo es la voz del Ron Royce que creo que, aunque empasta bien, con una mejor voz, más variada, con más matices, les hubiera ido mucho mejor. Pero, en general, me parecen una banda muy interesante. Yo los prefiero a los Voidod, que estes, a diferencia tuya, nunca les pillé el punto. Demasiado bizarros y robóticos para mi gusto. Coroner son más normales, que al fin al cabo es un thrash técnico sin más vueltas. Este y el anterior me parecen sus mejores obras. Aunque me quedo, sin duda, con este Mental Vortex, que me parece su disco más personal e innovador de todos. Es que este tipo de bandas a veces son un poco complicadas de cogerles el rollo... Hay que darle varias vueltas a sus discos para llegar a entenderlos.

      Gracias por pasarte, JCSG. Nos vemos en las siguientes. Un saludo.

      Eliminar

Sonia de Unnatural: cuando una mujer toca la batería en una banda de death metal (y no muere en el intento)...

En vez de una bruja hechicera, en este caso estamos ante una meiga gallega, porque esta mujer, así como la veis, empezó en esto de la música...