Cuando hace unos meses se anunció que los Paradise Lost iban a sacar un nuevo disco. A mí por lo menos se me volvieron a despertar las ganas de probar qué nos tenían preparados los de Mackintosh y Holmes. Hacía cinco años que no sacaban material y, hasta incluso, se llegó a barajar la posibilidad de que estas leyendas góticas de Halifax lo pudieran dejar. Un lustro es mucho en la música, pero visto lo presentado aquí, parece que el olor a melancolía todavía se respira entre sus surcos... a ver qué os parece a vosotros... Paradise Lost - Ascension: la vuelta de los magos de la melancolía...
Soy un completo enamorado de este grupo, lo reconozco sin ningún rubor. Es una de las bandas que más me ha transportado por mis mundos de fantasía, haciéndome sentir que soy un tío especial. Siempre tuvieron una varita mágica en su música que hacía que mi mente se pusiera en modo on dreams. Me gustan todas sus etapas (unas más y otras menos): desde sus comienzos death metal, pasando por el doom/gothic, de ahí a su incursión sin complejos, tan criticada, en el synth/pop oscuro y electrónico, para volver, ya bien entrados en los años 00, otra vez a su esencia más metálica y gótica. Es una banda muy especial: casi os diría reverencial (por lo menos para mí). Referentes, y siempre un grupo por el que hay que prestar atención de todo lo que saquen.
Os confieso que tenía mis dudas de por dónde iba a salir este disco. Si seguirían su línea metálica de sus últimos trabajos o, caerían otra vez, en la tentación de los samplers y rollos electrónicos que tanto les gustan. No hace mucho, tanto el propio Greg, como Holmes, presentaron un disco totalmente electro/pop/gótico en forma de proyecto paralelo llamado Host, por lo que mis recelos estaban más que justificados.
Nos han puesto un espejo face to face, frente a frente, para ver si nos reconocemos. Yo cada vez que miro en él, veo al mismo hijo de puta, a ese tipo que en pesadillas deambula por las aceras, sin rumbo, bebiéndose el resto que queda de los vasos que algunos dejan abandonados en las terrazas de los bares, jode las propinas y recoge las colillas del suelo. Que sigue comiendo en los comedores sociales y no paga el alquiler. ¿Por qué os digo todo esto?, porque este álbum de alguna forma conecta con nuestros temores más profundos.
La regrabación en 2022 de su magnum opus de 1993, ese insondable Icon, sería el que haría de mecha incendiaria y de piedra filosofal para crear este Ascension. Algo surgió en esas grabaciones hechas a caballo entre Portugal y Reino Unido que hizo reconectarlos con todas las etapas de su pasado. Y es verdad que el disco te transporta a una nave del tiempo como si fuéramos un abuelo que está con su nieto y, mientras lo sostiene en su regazo, le va enseñando fotos de su pasado. Son diez temas, diez historias, diez vivencias siempre fascinando con la muerte (una de las obsesiones de Mackintosh).
Serpientes sobre cruces, tiranos luchando por su salvación, hipócritas corruptos que claman clemencia a un ser superior que no les escucha... siempre esa lucha entre el bien y el mal. La vida y la muerte. Regado todo con una contundencia en la producción excepcional. El disco fue producido por el propio Greg en sus Black Planet Studios de East Yorksire (UK), y se nota que este hombre ya ha aprendido el oficio. Ha sacado un sonidazo espectacular, casi tan bueno como tenían en la época del Icon. Unas guitarras poderosas y cortantes, como losas afiladas, y con ese toque de sus manos sobre el mástil, que siempre los hizo únicos.
| Greg Mackintosh |
En este Ascension se nota que tuvieron tiempo para crearlo, que hay un trabajo de fondo detrás, mucho simbolismo, y mucho oficio, la sabiduría de los años que te da la veteranía de llevar mucho tiempo en el negocio. Greg y los chicos son perros viejos. Veteranos del metal, que saben qué tecla y en qué momento tocarla. Si te gustan, es raro que fallen el tiro. Más fiables y sólidos que un reloj suizo, y en este disco no iba a ser menos.
Las cuatro primeras de este Ascension surgen sin sorpresas, es más o menos su manual de estilo de toda su vida. Más directos o menos, con mayor o menor carga emocional, pero muy reconocibles... Momentos muy épicos y tolkinianos como en la primera "Serpent on the Cross", de las más largas del álbum (la segunda), y primer single del disco, una entrada con carácter, para enlazar con algo más al grano, una deliciosa y melódica, de mis preferidas del álbum,"Tyrants on Serenade", segundo single, y muy en la onda de aquel fantástico disco de 2012, Tragic Idol.
Pero, para mí, donde de verdad está el cofre con el tesoro del álbum es en la quinta, "Lay a Wreath upon the World", joya en el ecuador del trabajo, mitad acústica, mitad eléctrica, con ambiente de tema folk, que se convierte en una píldora de irresistible intimidad. La aparición de unos coros fantasmagóricos e hipnóticos a cargo de la esposa de Greg (Heather Thompson), con reminiscencias a aquellos tiempos del Believe in Nothing o de aquella "Fear of the impending Hell" que iba dentro de su ídolo trágico, la convierten en el tema más especial y diferente del trabajo. El punto más reflexivo y arriesgado que han hecho en todo el disco. La única concesión que rompe un poco la dinámica de todo este Ascension.
La obra transcurre ceremoniosa y litúrgica, arrastrada, llena de matices, con profusión de los medios tiempos y algunas cabalgadas, para acelerar un poco más en la de "Deceivers", donde los chicos aligeran más el paso para apresurarse a llegar al final y cerrar todo este monumento a la oscuridad y desolación con la última "The Principle": el último instante para asomarnos a un precipicio. Entrada sinfónica y de teclados para hacer un breakdown en mitad del tema y sonar como si fueran una banda de death/black, (sí habéis leído bien), salida de algún bosque frío y olvidado de Noruega...
Ascension hace el 17º disco de unos tipos que fueron muy grandes: padres del doom/gothic y, pioneros y líderes del triunvirato de leyenda de la Peaceville (junto con los My Dying Bride y Anathema), más conocidos como "Los tres de la Peaceville". Después de una trayectoria de 37 años es comprensible que igual esta gente ya no levante tantas emociones como antaño. Leo por ahí críticas de todo tipo, algunos lo ponen de obra maestra, y otros, simplemente como un disco más dentro de su discografía. Incluso hay quién dice que suena artificial, muy genérico, aburrido y poco pegadizo. Y, seguramente, tengan algo de razón, pero para los que somos fans de ellos, siguen estando ahí, sus guitarras y sus voces, su melancolía y oscuridad, algo de lo que todavía no han perdido... Dejemos que el tiempo lo coloque en su sitio y, dentro de unos años, ya veremos... Hasta la próxima, amigos.
7.5/10
Al lío.
ResponderEliminarMe gustaban mucho los PL. Perdí la fé totalmente en ellos cuando me compré One second (segunda puñalada directa al corazón después de la recibida con el Load de Metallica), y la he retomado desde hace unos años, cuando han vuelto al "redil".
Yo evolucioné con ellos; primero compré Icon, y de ahí hacia atrás y luego "hacia delante" y todo era magnífico hasta esa infame etapa Synth-pop-gotica, que además no les sirvió para ganar adeptos. Por cierto, este sería un caso parecido al lo que harían los lusos Moonspell; un comienzo muy metalero, avanzando hacia el dark pop y vuelta a tus raices (en parte sólo, eh?).
Del disco sólo puedo decir de momento, que guarda la esencia de PL; guitarras que van marcando las melodías, y temas de toda índole; rápidos, acusticos y lentos... La nota se la pondré en unos días, cuando lo hay escuchado un poco más, que ahora lo tengo todavía muy reciente y no lo he "trabajado" suficiente.
Lastima que esta gente en directo se muevan menos que los bolardos; si no fuera así, se habrían comido mucho más del rosco.
Es que "Icon" (mi favorito) fue el disco que los lanzó. El que los dio a conocer, los sacó del underground, sobretodo, por la gira que hicieron con los Sepultura, que estos presentaban el "Chaos A.D."
EliminarCon lo que me quedé flipado es con una entrevista que concedió el Gregor a una tía, y contó una cosa que me dejó alucinado. Resulta que los de EMI les dieron un pastizal para grabar "Host" (cosa que no sabía) y fue tanto el dinero, que se construyeron un estudio propio (fíjate de la viruta que hablamos) decía el propio Gregor que fuera una cantidad obscena... puffff.... Bueno, centrándonos en este Ascension, a mí me parece un gran disco. Pero esto es como todo: unos ven el vaso medio vacío o medio lleno. Después de 17º discos, es lo que hay. Tiene cosas muy vistas, y otras no tanto. El riesgo que han corrido es muy poquito. Yo tenía mis dudas de si caían en la tentación de volver al synth pop (ganas no les faltan), pero ya no se la van a jugar. Tienen el proyecto paralelo Host, y de ahí no creo que se escapen.
La peña está muy dividida: unos dicen que es una obra maestra, y otros, que el disco ni fu ni fa. Yo, de momento, lo dejo en el medio. Reseñar discos tan recientes es lo que tiene. De primeras, te puede dar una impresión y, con el tiempo, otra distinta. A mí me gustan tanto que no pude resistirme a traerlo por aquí. Vete dándole, y ya me cuentas a ver qué tal.
Gracias por pasarte, JCSG. El próximo reportaje vuelve a ser una de mis incursiones en la filosofía barata de andar por casa...jajajajajja.. Te espero. Saludos.
Icon es también mi favorito. Llegué a él de manera casi fortuita; leí una entrevista o reseña o algo así en algún fanzine donde hablaban de sus discos anteriores; me picó la curiosidad porque ya había escuchado hablar y escuchado a Anathema y MDB, y estos eran los que me faltaban... y Icon era el nuevo disco... En Shop Circus (madre mía, me acuerdo de estas cosas y no sé donde dejé ayer las llaves del coche) :)
Eliminarjjajajaaj... (a mí a veces también me pasa lo mismo). En mi caso, los descubrí a través del EP que sacaron un año después, "Seals the Sense". No tenia ni idea de estos tipos, y estando un día en una tienda de discos que iba siempre, vi el CD y le pregunté al dueño (que era la hostia de enrollado) que me lo pusiera. Buah, me voló la cabeza. La primera que sonaba era la de Embers Fire, y me flipó. Esos teclados de apertura, el sonido de guitarras, la atmósfera como arrastrada, decadente, la voz del Holmes... todo en general. Eran como unos Metallica en plan góticos. A partir de aquí me obsesioné con conseguir todo su material. Me convertí en un yonqui de ellos. Empecé a patear todo la ciudad en busca de sus discos. Por suerte, encontré el Icon en una edición especial, que venía con este EP que te digo, y también me hice con el Shades of God. Después, posteriormente, conseguí el Gothic, a través de un colega, que me lo grabó del vinilo en una cinta, y fue también otro disco que me dejó pilladísimo. Pero como el Icon, ninguno. Lo escuchaba en bucle. Es uno de mis discos de cabecera de siempre. Si me pidieras una lista con los 10 mejores discos de todos los tiempos, te pondría ese de cabeza... Soy un enamorado de ellos. Me gustan todas sus etapas, lógicamente, más su época metálica, pero todos en general me flipan.
EliminarAhora, en directo, tienes razón. Los vi un par de veces, y son más tiesos que un palo seco. Sobretodo, el Gregor, que es un tipo muy rarillo. El más "sociable" (entre comillas) es el Holmes pero, en general, en concierto no son una alegría. A mí me gustan tanto que los disfruto. También ten digo que las veces que los vi, tuvieron un sonidazo, y los temas los clavaron.
Bueno, pues varias escuchas después, aquí va mi veredicto.
ResponderEliminarEl disco está bien, pero le falta mordiente. Tanto se escucha la guitara del Gregor marcando las melodías, que apenas se escuchan las rítmicas de Aedy; tiene momentos en que doblan los dos y sí se escuchan, pero en general le falta algo de "mala leche". Por lo demás, variado, con toques doom, góticos y alguna más rápida. Pues otro más de los de Halifax; no es una obra de arte pero sí representativo de lo último que vienen haciendo.
Un 8 para la gente capaz de hacer llorar a un campo de margaritas en primavera.
Estás seguro? Mira que todavía estás a tiempo de cambiar...jajajajaj.. No, en serio, coincido contigo en que, al final, viene siendo un trabajo más o menos similar a lo que nos venían presentando últimamente. Ya decía en la reseña, que han arriesgado muy poco. Es su manual de estilo de siempre. Solo han experimentado un poco en la quinta, ese tema que parece medio folk, medio eléctrico, donde mete unos coros así algo brujeriles la mujer del Gregor. Lo que sí te digo, es que me parece un trabajo de los más oscuros. Es como muy denso, profundo. En cierta manera me conecta con el Icon, pero también con otros discos de ellos. En ese sentido, es como un viaje por toda su trayectoria musical. Yo creo que "algo" tiene, pero hay que esperar a que el juez tiempo dicte sentencia.
EliminarPD: Yo lo dejé en un 7.5 (tiempo de subir siempre hay). Aunque un 8 también lo pensé...