Cerrad puertas y ventanas. No abráis la puerta a nadie. Sea quién sea y llame quién llame. Encerraros en vuestras habitaciones, y no encendáis la luz por nada. Vamos a abordar una de las obras más espeluznantes del maestro danés del horror, el Sr. King Diamond, en su debut en solitario, presentando uno de sus discos más embrujados y malditos. Fatal Portrait de 1986 fue su ofrenda como solista al maligno. A su dinastía del horror y a los cuentos góticos. Historias de terror que él narraba como nadie. Bienvenidos al cuadro maldito y embrujado de Molly. La historia oculta del Fatal Portrait de King Diamond: el retrato fatal...
| Contraportada LP, Fatal Portrait, 1986 |
Sigue sonando misteriosamente antiguo pero moderno, como si fuera grabado a caballo entre dos planos temporales. Tiene esa habilidad de parecer que congela el tiempo, y todo lo que ocurre lo está haciendo ahora mismo. Ya os digo que siempre que lo abordo tengo una sensación inquietante. Por un lado siento miedo, pero por otro, tengo una fascinación extraña, como si quedara atrapado por la portada del disco. Cuidado con ella, si no estáis habituados, os puede dejar hipnotizados en pocos segundos. Arrastrados sin posibilidad de huir al mundo aterrador del espíritu de una niña llamada Molly, el cual queda atrapado para siempre en un retrato pintado por su madre, hasta que alguien recita un conjuro (the Jonah) y consigue liberarla, pudiendo esta cobrar su venganza y atemorizar a su asesina, que no era otra que su propia progenitora...
La historia es potentísima y cruel: mezcla de terror, oscuridad y ocultismo. Conjunción de algunas de las obsesiones más perversas de King: la inmortalidad, la muerte, la brujería, la venganza o los fantasmas. El adorador de Satán había encontrado otra forma de hacer el mal, reconvirtiendo todo lo que había aprendido en una obra que fue pionera en fundir lo terrorífico y teatral con las guitarras de heavy metal, iniciando así un camino ominoso, que tendría nuevas historias igual de aterradoras y malditas en Abigail (87), Them (88) o Conspiracy (89).
King Diamond siempre aficionado a contar historias, aquí hizo un ensayo, antesala de lo que sería su disco conceptual por antonomasia como fue Abigail un año después, que todo el mundo y los entendidos consideran su obra magna y superior. Yo no lo pongo en duda, pero si tuviera que quedarme con uno, sigo escogiendo este Fatal Portrait. Siempre tiene ese "algo" que solo tienen algunos discos.
Toda la discografía de King Diamond es particular, solo su voz ya hace que sus obras sean una experiencia única y distintiva. Hay gente que lo adora, y otros, lo odian, pero ahí está su abominable dualidad: lo tomas o lo dejas... (yo me quedo en el medio).
Además, aquí estamos ante un hombre, este danés, nacido en Copenhague hace 69 años, siempre rodeado de misterio, que no va de impostor ni de farsante barato. Nada de trucos. Está acreditado que de verdad se creía todas estas historias y mundos de fantasía y terror que salían de su mente y, está comprobado, que es un declarado Satanista LaVeyano, seguidor de La Iglesia de Satán fundada por el también personaje siniestro y controvertido Anton Szandor LaVey, por lo que todo esto que contaba hay que tomárselo siempre en serio. Por eso yo no voy a incidir mucho en la música, con estas cosas es mejor no jugar ni invocarlas, os las dejo para vosotros, y que cada uno experimente sus energías oscuras como malignamente pueda o quiera. Hoy voy a centrarlo más en la historia y génesis que se esconde detrás de su elaboración, que todavía todo lo sigue cubriendo un manto macabro y espectral.
| Anton LaVey |
Un cuadro maldito representado en esa imagen de portada, con unos ojos llenos de una vida embrujada, que parece que te siguen y que nunca te puedes librar de ellos, como una maldición eterna, que da la sensación de que esa mujer que se representa en la pintura está de verdad atrapada dentro de ella. Algunos dicen que es la figura de Molly, protagonista de esta historia, y que, en realidad, es el alter ego del propio King, haciendo una clara alusión a su idea de la reencarnación: el alma, después de la muerte, vuelve a nacer en un cuerpo nuevo.
Otro de los misterios del álbum fue la inesperada entrada del sueco Andy LaRocque en las grabaciones, una visita que no estaba planificada y que cubrió la espantada del guitarrista inicial, el cual había grabado sus partes y ya llevaba dos semanas en el estudio con la banda, desapareciendo sin dejar rastro, entrando LaRocque, para hacer que su contribución resultara totalmente definitoria para el devenir del disco.
De misterio en misterio para consolidar las dos patas que sujetan esta mesa: la voz del mago oscuro, King, y los solos de su ayudante, Andy, que son los dos candelabros donde se sustentan las velas más brujeriles y siniestras que iluminan el disco. Escuchad esas "Dressed in White", "The Candle" o "Halloween", y lo entenderéis perfectamente.
A partir de aquí, LaRocque y Diamond forjarían una alianza eterna que todavía dura hasta nuestros días, donde ambos estilos parece que estaban destinados a juntarse. El falsete de King, con ese estilo guitarrístico de Andy, tan particular, lleno de solos exóticos y extraños, hicieron que ambos crearan un sonido totalmente rompedor y particular para la época, que todavía sigue resultando su escucha un mundo de fascinación e inspiración para muchos otros.
| King Diamond y los chicos en 1986 |
Una line-up de lujo, totalmente inspirada y que se compenetró a la perfección. Ahí se juntó algo histórico, que desembocó en un trabajo de los más clásicos e icónicos del heavy metal mundial: la voz de King, los solos de Andy, la guitarra de Denner, el bajo de Hansen y la batería contundente de Dee. Solo faltaría, por último, añadir el último invitado a esta cita para la leyenda. Un desconocido, también danés, Rune Höyer, que fue el encargado de producir el disco, sin que sepan referencias anteriores, y que, tras este trabajo, también desapareció de las producciones, quién sabe si atrapado en el interior de otro espejo maldito.
| KIng Diamond (centro) La Rocque (2º izq), 1988 |
9/10
A la memoria de Timi Hansen (DEP)
El Tito King... soy fan.
ResponderEliminarPrimero, quiero decir a todos los que lean esto que, a los discos de KD hay que darles tiempo. No porque sean enrevesados ni nada por el estilo; yo, la primera vez que los escuché, oyendo el falsete, pues no sé; me dio risa y pensé el jilipollas este, ains... entonces escuchaba otras cosas y esa voz no pegaba con ninguna de ellas. Muy aguda para los cánones del Heavy Metal (Iron Maiden/Judas...) y con cambios constantes... pero amigos, si le dais tiempo, te acostumbras y empiezas a ver la magia de una voz única.
De la música sólo se puede decir magistral; siempre ha tenido a gente mucho más que competente en cada instrumento, y si no mirad la gente que ha pasado y tocado alguna vez con el rey. Mike Dee de Scorpions/Motorhead; Sharlee D´angelo de Arch Enemy; Glenn Drover de Testament/Megadeth, Snowy Shaw de mil grupos... y además su fiel escudero y mago de las 6 cuerdas, Andy LaRocque... y que luego llene conciertos Yngwie Malmsteen... en fin.
Y si os dejáis llevar por las historias de sus discos, acabaréis siendo fans también... jijiji.
Sí, otros lo han intentado pero nadie excepto el rey lo ha conseguido. Ha conseguido que hacer discos conceptuales sea fácil (que no lo es ni por asomo) y excepto en este, que cuenta la historia que pones pero no es "conceptual" puro, en el resto, lo ha conseguido con nota. Este fue sólo el comienzo de una discografía bestial.
El siguiente Abigail, sería el culmen (y no porque lo piense yo; 22 reseñas en Metal Archives y un 98% de puntuación de gente de todo el mundo).
Este sería un 9 por ser algo inconexo en su temática, pero un 10 en ejecución... luego 9.5 para los comienzos de una LEYENDA.
Obra maestra absoluta de los discos embrujados y malditos. Es de los pocos trabajos en los que se nota algo siniestro y oscuro. De eses que te lo crees todo completamente. Además, tú como buen fan que eres del Rey Diamante, este tío no iba de farol. Se creía y vivía realmente esos mundos que contaba en sus discos.
EliminarA mí él problema con él, es que ese falsete muy continuado me funde los plomos, tío...jajajajjaja... Se me acaba haciendo muy monótono. Necesito una voz que no sea tan machacona. Ahora, aquí el fulano lo borda. La voz que pone es fundamental para la atmósfera del disco. Esas entonaciones, los cambios que hace, en definitiva, es un disco perfecto recreando la historia (por cierto, totalmente truculenta y siniestra), mezcla de cuento gótico, terror y brujería. Algo en lo que fue un pionero haciendo como una especie de teatro del horror con guitarras de heavy metal.
Casi todo el mundo (o mucha gente) cita siempre el Abigail... yo me quedo con este. Es un álbum que parece que no pasa el tiempo. Está siempre ahí como un faro de muerte. Algo perpetuo que parece que te avisa de acercarte a él.
En su día no me impresionó tanto, pero, por alguna extraña razón, lo recuperé el otro día y me sorprendió lo oscuro y maldito que sigue sonando. Hay algo en él que no tienen otros discos: la portada, la música, el sonido, la historia... todo está lleno de un manto tenebroso y embrujado. Obra maestra.
Gracias por pasarte, JCSG. Ya sabía que esta no te la perdías...jajajajaj... Saludos!
PD: Te espero en la siguiente, que se avecina reportaje profundo...
Te olvidas de los teclados de Roberto Falcao, que también contribuyen a ese toque sórdido del disco. Es un gran trabajo, sin duda. No sobra ni falta nada. Hecho por un genio, rodeado de una banda con mucha hambre. Músicos que después se convertirían en unos primeros espadas como el Mikkey Dee y el Andy LaRocque.
ResponderEliminarMe ha gustado la reseña. Bonito enfoque y recuerdo para un disco siempre especial.
Es que no está muy claro que fuera el Roberto Falcao el que tocara los teclados. Se sabe que hizo labores de ingeniero, pero si ves los créditos del disco, en ningún momento pone que tocó los teclados. Pero tienes razón, que las teclas son vitales para dar ese enfoque brujeril, sórdido y de misterio que tiene el álbum.
EliminarNada, gracias a ti por pasarte y comentar.
A partir del Abigail sí que sale en los créditos de la etapa clásica como que tocó los teclados para esos discos; hasta el The eye... que por cierto, gran trabajo de este hombre para crear ese ambiente tan especial de todos esos discos... aunque después también han habido unos teclados cojonudos en los siguientes discos, ya tocados por King.
EliminarPor eso digo. Lo de los teclados es un poco confuso todo. Es otro de los misterios del disco. Unos dicen que los tocó el propio Diamond, y otros, que fue el Falcao. Pero ninguna de las dos cosas está clara. Igual también pudo ser tema de derechos, para no pagar royalties... a saber. Hasta pudo ser el propio espíritu de Molly, el cual consiguió escapar del cuadro y tocarlos, para después regresar a él y permanecer ahí para siempre. Este disco está muy embrujado, tíos...
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