Cuando todas las bandas suecas se volvían locas para ir a grabar a los Sunlight, hubo unos que se mantuvieron firmes y renunciaron a grabar en eses estudios. Los Unleashed del indestructible guerrero vikingo, Johnny Hendlund, nunca quisieron probar las bondades de esas paredes ni tampoco seguir la estela de los Entombed. Victory fue su cuarto disco, un álbum que se quedó corto para algunos, y que para otros significó una decepción. ¿Demasiado plano? Tal vez. ¿Honesto y coherente? Sin duda. Hoy lo llevamos a nuestro Cielo-infierno o purgatorio particular, esperando que su death metal orgulloso, pagano y sin concesiones, obtenga el beneplácito de los dioses... Es la hora de la Victoria. Es el momento de Unleashed.