sábado, 1 de noviembre de 2025

Recordando a Tomas Lindberg "Tompa" a través del Terminal Spirit Disease: la voz inmortal de los At The Gates...


El otro día me enteré del fallecimiento de Tomas Lindberg, aunque esperada, no deja de ser una triste noticia. Tomas tenía 52 años y llevaba luchando contra un cáncer muy agresivo desde 2023, el cual lo acabó fulminando este pasado mes de septiembre. Para los que no lo conozcáis, fue una figura clave del death melódico sueco de los 90, alcanzando su mayor reconocimiento y fama con los At The Gates. Para recordar su figura me he decantado por seleccionar uno de mis preferidos de ellos, el Terminal Spirit Disease. Tercer lanzamiento que de alguna forma los dio a conocer y los puso a las puertas del éxito... Recordando a Tomas Lindberg "Tompa" a través del Terminal Spirit Disease: la voz inmortal de los At The Gates...

1. The Swarm (03:28)
2. Terminal Spirit Disease (03:39)
3. And the World Returned (03:06)
4. Forever Blind (03:59)
5. The Fevered Circle (04:11)
6. The Beatiful Wound (03:53)
7. All Life Ends -live- (05:17)
8. The Burning Darkness -live- (02:16)
9. Kingdom Gone -live- (05:02)

Procuded by: Fredrik Nordström
Peaceville Records, 1994


No recuerdo muy bien cómo me hice con este trabajo. Es raro, porque, de momento, no me suelen pasar este tipo de lagunas mentales, y menos, con un disco que me gustó (y me sigue) gustando tanto. Sé que lo conseguí en cinta (grabada) por alguien, pero ahora no soy capaz de saber por quién. ¡Ah!, sí, ya sé cómo fue la historia. Vi la reseña del álbum en una Metal Hammer de aquella, quizás del mes de agosto (os hablo de algún momento de 1994). 

La portada era de los Metallica, y en la sección de reseñas (por cierto, muy buena, cortas, pero, en general, iban al grano y describían muy bien el espíritu de los discos) me llamó la atención lo distinta que era la cover del disco (se salía de lo típico que podías esperar de un álbum de death metal). De ahí, alguien, supongo, un colega del insti, que tenía el vinilo me lo grabó y, rápidamente, pasó a girar en mi pequeña y barata, pero cumplidora, mini cadena Sony "mega bass" durante una buena temporada... con el tiempo se acabaría convirtiendo en una de mis cintas predilectas del death melódico sueco.

De aquella andaba muy pillado por gente como In Flames, Dark Tranquillity y, por supuesto, estos At The Gates (conocidos como el "Gothenburg Big Three"), y toda esa hornada de grupos más desconocidos de la escena de Gotemburgo. El llamado "Göteborg sound", plasmado en eses Inolvidables Lunar Strain, Skydancer y, cómo no, este Terminal Spirit Disease. Un escena que se movía entre la desconfianza y la infravaloración, por ser, por muchos, considerada más ñoña y demasiada melódica en comparación con sus vecinos y paisanos de Estocolmo. Como os podéis imaginar a mí todo eso me la soplaba, y mucho más, lo de la melodía. Sino que se lo digan a Steve Harris y a sus Iron Maiden, donde todas sus canciones son pura melodía. De hecho toda esta escena de Gothenburg bebían muchísimo de La Doncella y de sus míticos discos de los 80, donde salían en sus portadas un Eddie embrujado y encadenado, cuando no, como la estatua de un faraón egipcio.


Los At The Gates en 1994

A decir verdad este Terminal Spirit Disease, aunque conteniendo nueve temas, no es considerado un disco como tal, más bien un EP extendido, un Mini-LP con añadidos o, con algo de relleno... como mejor gustéis. Al final, lo que de verdad valía la pena eran los seis temas nuevos de estudio y, los restantes, aunque con buen sonido, no dejaban de ser tres pistas en directo, de discos anteriores (que la compañía de discos -Peaceville Records- forzó incluir para hacer el lanzamiento más atractivo). Pero qué seis temazos, colegas. Nunca había escuchado un death metal tan bello y con tanta carga sentimental. Solo el inicio del disco con "The Swarm", era un enjambre de melodías y armonías, una detrás de otra, como avispas, que te picaban de lleno en la capa de la piel donde se esconden las emociones (realmente, no es en la piel, sino en el cerebro). Nunca pensé que el death metal pudiera ser tan emotivo. Para mí At The Gates eran como unos Slayer góticos o doomers. Era como si el difunto Hanneman y el tío King, dejaran su California natal y se fueran a vivir una temporada a la campiña inglesa, entre castillos victorianos, casas embrujadas y rodeados de cementerios olvidados. 

Una banda, estos At The Gates, que, con Terminal Spirit Disease, su tercer trabajo, habían dado un salto de calidad a todos los niveles. De empezar haciendo un death metal cavernario y primitivo, con calidad en la ejecución, pero donde todo estaba aún sin pulir (más acelerado y a doble bombo), en sus dos primeros discos: el debut de 1992, The Red in the Sky is Ours, y, el segundo, With Fear I Kiss The Burning Darkness, del año 93. Aquí encontraron la llave que abría otra manera de presentar algo agresivo, pero al mismo tiempo, sentido y hermoso. Esas guitarras afinadas un tono por debajo, que tanto usaron sus ídolos Slayer o los Paradise Lost, les funcionó de maravilla. De hecho, estas dos bandas, junto con los Death, pueden ser una buena combinación para describir su sonido. Un truco viejo y muy usado, pero siempre muy efectivo, que hacía sonar esas guitarras con un toque de profundidad y misterio. 

Una transformación que no a todo el mundo gustó. Ese paso de la agresión a lo melódico siempre fue vista como una forma de debilidad, una traición a los cánones eternos e inamovibles del death metal. Para muchos, eso ya no era death, era otra cosa, de ahí esa etiqueta despectiva llamada "melodeath", que muchos detractores les pusieron a este tipo de bandas para desprestigiarlas y humillarlas, haciéndolas sentir que no eran auténticas. 

Si hay algo que encierra el disco, es que nos ofrece el contraste de ambos mundos en su música. La primera parte del trabajo, novedosa y de estudio, con las seis primeras, muestra a una banda experimentando, arriesgando en su música, tratando de buscar nuevos horizontes. En cambio, las tres últimas, muestran sus inicios más agresivos, un death metal old school, lleno de blast beats y a la vieja usanza. Yo lo tengo muy claro, puestos a escoger, me quedo con la evolución y la innovación que presentaron en sus seis primeras composiciones. Puede que perdieran en brutalidad, pero, por contra, su música, para mi gusto, se hizo más interesante y ganó en matices y emociones.

Terminal Spirit Disease, al fin y al cabo, era un disco de transición, de transformación, que hacía de puente para su posterior disparo que los consagraría a nivel internacional como fue Slaughter of the Soul de 1995. Su obra magna para muchos, su disco más aclamado, pero también el que los acabó disolviendo como grupo. Hasta llegaría a llevar la prestigiosa etiqueta de ser el "Rainning Blood del death metal de los 90". Pero, antes de eso, nada sería posible sin este mal llamado EP camuflado, disco incompleto o, simplemente, joya del death metal sueco.


Los At The Gates, mediados 90

Hay discos buenos de death metal y hay otros que son algo más, y Terminal Spirit Disease era eso y un poquito más, era abrir otra ventana, que nos ofrecía un nuevo sonido dentro de la escena. ¿Quién podía esperar que en 1994 un disco de death metal se abriera con el sonido de unos violines o un cello, que en la homónima del disco hasta se escuchen solos neoclásicos o, que en la tercera, saltara una pista completamente acústica, llena de pena y soledad?. Cosas que solo se atrevían a probar los locos o los genios. Y creo que los At the Gates, compuestos por los hermanos Björler y la voz arrastrada, y herida, llena de dolor, del protagonista de esta historia, el tristemente desaparecido Tomas Lindberg "Tompa", eran un combinación de todo eso. Unos adelantados, locos visionarios, que se atrevieron a romper las normas y llevar el death metal a otro nivel.

Las vueltas que da la vida, amigos. Hoy, este trabajo de título profético -Enfermedad Terminal del Espíritu- alcanza la categoría de clásico pero también de fatídico. Como si ya, hace 31 años, Tomas Lindberg tuviera el presentimiento de que su vida iba a tener un trágico final. Por eso, en cada grito, desgarro, o lamento que se registró aquí, resulta fundamental para entender su figura y valorarlo con la importancia que se merece.

Qué sería de soñadores como yo, sin aventureros como estes, músicos como Lindberg, profesor de profesión y músico por amor, que se lanzaron a la aventura por mezclas desconocidas y fusión de estilos imposibles... el death sería muy distinto y aburrido. Años después, comentaría el propio Tomas, que nunca hubo un "Göteborg Sound", que todo fuera una invención, una etiqueta puesta por la prensa, en su afán siempre por etiquetarlo todo. Que todo no fuera más que unos chavales que se juntaron, y que de ahí salieron algunos discos. Si lo dice el propio Tomas, no seré yo quién le lleve la contraria. Lo que sí es cierto es que algo brotó ahí, y este Terminal Spirit Disease quedaría como un pilar básico de todo eso que dice Lindberg que nunca existió. Hasta la próxima, amigos... 

9/10

A la memoria de Tomas Lindberg "Tompa" (DEP)


2 comentarios:

  1. Qué buenos recuerdos... yo fundí mi cadena Aiwa a base de poner melodeath a todo trapo...

    A ATG llegué un poco más tarde; por aquella cosa de vivir en provincias, nos llegaba la onda expansiva con algo de atraso, y cuando esta gente salió, yo estaba liado con el death americano y sueco, sobre todo.

    Empecé por el Slaugther, que estaba recién salido, y había escuchado una canción en uno de esos samplers de la época y me gustó mucho... bucear y averiguar que el grupo tenía más discos, pillarlos a "nuestro contacto" Barcelonés, que tenía TODO lo que le pedíamos... Y si no, nos lo conseguía.

    Llegué a verlos en un festival hace un montón de tiempo, pero se les notaba cansados. Creo que fue la última gira antes de su segunda disolución... aún así, como flipé cuando Tomas berreaba como un poseso... el resto estaban algo más parado. Pero Tomas se salió...

    Este EP no lo escuché tanto como sus primeros discos y el Slaugther, pero aún así y todo, me parece que todo hasta el Slaugther, es una maravilla.

    Va por tí, Tomas; espero que le berrees a las Valkyrias alguna de tus canciones¡

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que fue un poco una pena lo de esta gente. Cuando estaban ahí rompiendo con el "Slaugther of the Soul", mandaron todo al cuerno. Creo que con ese disco empezaron un poco los problemas sobre qué línea musical seguir. Al parecer ,los hermanos Björler querían evolucionar a un rollo más moderno y groove, y el Tomas seguir una onda más clásica. Entre unos y otros, al final chaparon todo cuando habían conseguido hacerse un nombre a nivel europeo. En fin, hay cosas que nunca entenderé.

      Pues fíjate, yo el primero que escuché de ellos fue este EP, que me flipó muchísimo. Antes había escuchado el debut de In Flames (que lo vi anunciado en una Grind Zone) y también ya sabía de los Dark Tranquillity. Pero de estes At The Gates me gustó mucho el sonido que tenían, eran como unos Slayer pero en plan doom/gothic y con voces death, pero siempre con mucho toque Slayer. Después recuerdo que pegó mucho el "Slaugther of the Soul", pero si tengo que quedarme con alguno de ellos, escojo este "Terminal Spirit Disease". La única pega que le pongo es que se te hace muy corto, no sé cómo no metieron un par de temas más, en vez de meter las pistas en directo. Una historia rara que hicieron ahí... ni un LP, ni un EP, un híbrido extraño...jajajajja.. De alguna forma, se podría decir que los The Haunted era un poco su reencarnación moderna, aunque sin la voz de Tomas.

      19 años después, volvieron, pero ya no era lo mismo... Tuvieron su momento, pero su época ya había pasado.

      Cuando me enteré no hace mucho que había fallecido el Tomas, volví a recuperar este "Terminal Spirit Disease" y me impresionó mucho lo bien que seguía sonando. Me trajo recuerdos de mi época más bonita que viví escuchando a esta música. Va por el Tomas!!!

      Gracias por venir a recordar al Tomas y estos At The Gates, una banda que parecía que iba a dar mucho, pero que se quedó con la miel en los labios... Saludos.

      Eliminar

26 años del Excalibur de los Grave Digger: la leyenda del Rey Arturo llevada al heavy metal...

Ahora que se está acabando el año, hay muchos discos que cumplen su 26º aniversario. Uno de ellos, es el Excalibur de las leyendas germanas...