Para abordar a estas leyendas death de Florida he decidido por hacerlo con dos de sus discos más polémicos. Después de triunfar en 1992 con The End Complete, esta gente se presentó en 1994 en un contexto musical muy jodido. Parecía que su fórmula se agotaba, y tocaba reinventarse o morir. La considerada quinta banda en importancia del Death Metal se enfrentó al desafío con World Demise, que polarizó más que gustó y, tres años después, en 1997, resurgen con Back from the Dead, que todavía gustó menos. En comparativa: ¿Con cuál os quedáis?. El de las refinerías echando humo o el de los muertos regresando de entre las tumbas... Solo puede quedar uno...
1. Don´t Care (03:08)
2. World Demise (03:43)
3. Burned In (03:32)
4. Redefine (04:39)
5. Paralyzing (04:57)
6. Lost (03:59)
7. Solid State (04:38)
8. Splattered (04:15)
9. Final Thoughts (04:08)
10. Boliling Point (03:09)
11. Set in Stone (04:50)
12. Kill for Me (05:59)
Produced by: Scott Burns
Roadrunner Records, 1994
1. Threatening Skies (02:19)
2. By The Light (02:55)
3. Inverted (02:54)
4. Platonic Disease (04:06)
5. Download (02:45)
6. Rewind (04:03)
7. Feed on the Weak (04:15)
8. Lockdown (04:12)
9. Pressure Point (02:26)
10. Back from the Dead (05:13)
11. Bollituary (Remix) (03:43)
Produced by: Jamie Locke
Roadrunner Records, 1997
Si me hicierais esta pregunta hace 27 años os diría de cabeza, que el de los muertos regresando de las tumbas, pero hoy, ya no lo tengo tan claro. En realidad, no son discos muy diferentes. Los dos apuestan por la misma fórmula, un ataque más lento y groovero, a excepción de la temática, que el primero aborda una línea letrística más ecologista y de crítica social, algo apocalíptica, y el segundo se centraba en una temática más clásica de horror y zombies.
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CD World Demise, 94 |
Sí parece cierto que, con Back from the Dead, lanzaron un disco más corto y directo, más hardcore y punkarra, como tocado en vivo que, de alguna manera, trataba de recuperar ese ataque directo de sus raíces iniciales, pero siguiendo conectados al metal de los 90´s.
World Demise fue un elepé más trabajado y maduro. Una obra más ambiciosa, donde se notaba que la banda estaba en la cresta de la ola, y que gozaba de apoyo y de un buen presupuesto de grabación para intentar algo diferente, pero sin dejar de ser ellos mismos. Obituary siempre ha sido una banda que se ha reconocido. A lo largo de toda su discografía, era empezar a sonar esas guitarras de Trevor Peres y enseguida te saltaba el botón rojo de Obituary. Un sello, una marca, un emblema pregonizado desde 1989 con su debut Slowly We Rot.
Aunque, a decir verdad, lo que realmente los diferenciaba y hacía especiales era la voz brutal y única de John Tardy, una de las mejores y más reconocibles de todo el death metal, totalmente desgarradora y donde parecía que al escucharla podías sentir el dolor, igual como si un cuchillo te estuviera loncheando los huevos sin anestesia encima de una mesa de cirujano. Una voz hiriente y natural, vomitada desde las mismísima tripas de John Tardy, que no necesitaba de trucos ni efectos, el único secreto era que su voz era así. Eso era lo más aterrador. Que el fulano lo podía hacer de serie, sin tener que pagar ningún extra, ni hacer un pacto con el diablo.
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Trevor Peres en los 90 (Left),y en los 00 (Right) |
No sé si alguna vez tuvisteis la suerte de verlos en directo. Yo fui un privilegiado y en la gira del Back from the Dead, tuve el honor de poder sentir todo eso que os acabo de relatar. El concierto fue todo un cañonazo. Un tanque con cadenas que machacaba todo a su paso. John Tardy destrozando el micro, y Trevor Peres, su alma a la guitarra, un talador de pinos salido de algún bosque de Alaska. Un tipo, este Trevor, que enfundado con su Fender, a un lado del escenario y lleno de humo, sin apenas luces, se presentaba como un auténtico enajenado mental, poseído por algún demonio. Esa cara como de nigromante, de mirada perdida y sin facciones de empatía, os aseguro que no me gustaría encontrarla en un callejón del Bronx, perdido en una noche de luna llena.
Después de verlos en directo todavía se me acrecentó mucho más mi admiración por esta gente. Una banda con un sonidazo en vivo idéntico como el que salía de sus Cd´s. Me habían parecido una auténtica máquina de matar, engrasada a la perfección. No solo la voz y las guitarras, la batería era un auténtico convoy diabólico desde el fondo del escenario, que era golpeada de forma contundente y precisa por el otro Tardy (hermano también de John) de nombre Donald.
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Interior CD World Demise, 94 |
El problema de estos pioneros del death metal, es que venían de un muy bueno, ya considerado clásico del death como The End Complete (El final completado), de título premonitorio, que se había convertido en su disco más vendido, llegando a despachar 100.000 copias solo en los States (250.000 en todo el mundo), convirtiéndolo en uno de los discos más icónicos y emblemáticos del género. Un bastión que les planteaba un nuevo reto. ¿Cómo hacer para seguir esa senda de éxitos en un nuevo contexto musical, lleno de grunge y groove metal, donde el death parecía no interesar a nadie?.
Hay que reconocer que la hazaña que se les presentaba no era nada fácil. En 1994 el death metal se pudría, ante la indiferencia de unos y el pasotismo de la mayoría de fans que habían encontrado otros juguetes con que entretenerse. A eso, sumarles, que estaba otro competidor llevándose su trozo del pastel en el mundo del extremo como era el black metal de las ordas vikingas noruegas que, con sus excesos y excentricidades, cargándose a peña e incendiando iglesias, había movido a los fanáticos de los sonidos más cavernosos hacia las costas de Noruega.
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Edición casete World Demise, 94 |
Los de Florida optaron por arriesgarse y tratar de innovar desde casi todos los ángulos. En el apartado letrístico, decidieron dejar atrás los clichés y las temáticas manidas del terror, el gore y la muerte, para adentrarse en terrenos más complejos y comprometidos, como la ecología, el medioambiente o incluso ciertos tintes filosóficos. Temas más profundos, nunca antes abordados de forma tan explícita por ellos.
En lo musical, sin embargo, los cambios fueron mínimos. Prácticamente ofrecieron la misma propuesta de siempre: esa fórmula que tan bien les había funcionado desde el principio, una combinación cruda e ingeniosa entre la rudeza de Venom y, sobre todo, Celtic Frost, aderezada con voz death metal. Para muchos, un sonido básico y descarnado, sin trampa ni cartón, pero efectivo.
Eso sí, en este cuarto disco se permitieron, aunque de forma muy tímida, coquetear con ciertos elementos industriales y algún ritmo tribal. Detalles que apenas alteraban el núcleo de su propuesta. Obituary seguían siendo ellos: crudos, directos y sin concesiones.
En lo que sí habían mejorado, es en la producción. Para mi gusto una de las más logradas de su carrera, desde luego, la mejor de toda su etapa clásica, que para muchos terminaba en este World Demise. Otra vez repetían con su productor de siempre, el legendario Scott Burns, en su centro de operaciones por antonomasia como eran los Morrisound de Florida. Y se notaba que había un buen presupuesto y una Roadrunner volcada, apostando por la banda. Por fin los hermanos Tardy y sus secuaces sonaban con categoría y nivel. Como se merecían. Con una base rítmica como un trueno y unas guitarras densas y poderosas, todo acoplado y montado, sonando sólido como una auténtica refinería.
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Interior CD Back From the Dead, 97 |
A mi no me gustó mucho cuando un día (no recuerdo cuál) del mes de septiembre de 1994, me acerqué a mi tienda habitual de discos y vi esa portada. El logo era el mismo, sí, pero esa imagen de una fábrica echando humo por todos los lados me dio que desconfiar y fruncir un poco el ceño. Musicalmente no os niego que disfruté con algunos temas. La primera, Don´t Care, me parece muy lograda. Un tema a degüello, sin florituras, como eran ellos, Brutales. Lo mismo con la que daba título al disco, World Demise, un poco más lenta, pero llena de rabia. Al final eran los Obituary, uno de los grandes de la historia del death metal, y había que comprarles el disco, así que solté las 2.500 ptas de aquella (creo que me valió), y el CD se vino para mi casa.
Eran sus estructuras primitivas de siempre, con sus subidas y bajadas, sus riffs monolíticos, dentro de esos tempos a medio gas, solo que un poquito más refinadas y pulidas. Hay gente que criticó mucho esta producción, achacando que, en cierta medida, se había perdido esa crudeza de sus primeros discos, Ya os digo que yo no estoy de acuerdo. Por primera vez sonaban como una banda grande, de primera división, y no como unos carniceros en un sótano mugriento y de mala muerte.
La obra contenía joyas como la tercera, Burned In, que en su día incomprensiblemente me pasó desapercibida o, cómo no, la siguiente, Redefine, que me parece una de las destacadas del disco aunque tenga un ritmo de batería cercano al hip-hop, pero esa parada quedando el bajo marcando el tema, me parece un pasote. En general, como siempre suele ocurrir, la primera cara es bastante buena y la segunda un poco más floja, pero en líneas generales, el disco es sólido y competente. Una evolución inteligente, sin correr demasiados riesgos que, en general, no gustó, por lo menos, al principio, a la mayoría. Las ventas no fueron malas, pero ni de lejos alcanzó a su anterior largo The End Complete y, mucho menos, lo superó.
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Casete álbum Back from the Dead, 97 |
La banda tras este World Demise se tomó un descanso de tres años para sopesar y preparar su siguiente paso. Como suele ocurrir, cuando un grupo saca un disco arriesgado, distinto a su propuesta habitual, suelen regresar y volver a lo clásico. Al refugio seguro que saben que no les va a fallar. La decisión más importante y trascendental que tomaron fue darle esquinazo al que había sido el escultor de su sonido de toda la vida, al Scott Burns, acordando prescindir de sus servicios e irse a probar fortuna con otro productor más anónimo y desconocido de nombre Jamie Locke en sus Criteria Studios también ubicados en Florida.
Back From the Dead, su quinto disco, aparecía en 1997 dispuesto a presentar a los hermanos Tardy y compañia, como una banda más directa y decidida, con temas más cortos y sin historias raras. Recuperaban otra vez sus temáticas de muerte y destrucción, y seguían con ese sonido groove tan de moda en la época, pero esta vez un poco más orientado al hardcore.
Los fans se volvieron a dividir: para unos Back from the Dead había mejorado a World Demise y, para otros, la cosa había empeorado. A mí inicialmente me había gustado más. Identificaba a estos Obituary como propios, y el disco presentaba un ataque menos sofisticado y nos daba lo que veníamos a buscar de ellos. No queríamos a unos Obituary filosóficos ni comprometidos con el medioambiente. Ni verlos como unos hippies del death metal. Los queríamos en esas historias de zombies y de muerte. Abriendo tumbas y partiendo calaveras.
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John Tardy y Donald Tardy (batería) en directo |
Un disco más al grano y a pelo, de unos 38 min, que te entraba al vuelo, donde se recogen riffs de verdadera antología como en la de By the Light o una inicial Threatening Skies, totalmente lanzada a nuestras yugulares. Lo malo es que el disco a medida que avanzaba se iba haciendo cada vez más predecible. Platonic Disease parece que quería quitarse esa impresión de estar dentro un disco algo plano y monótono. Escuchadas un par de temas, el disco era todo igual (aunque eso se podría decir que pasa en toda su discografía). La banda parecía cansada y sin muchas ideas, acusando la repetición de un fórmula que daba visos de estar ya desgastada. Lo que se conoce como un querer y no poder. No era falta de actitud, sino de mejores composiciones.
Los creadores de Cause of Death en su descargo achacaron la falta de éxito del disco a los de Roadrunner que no se habían volcado con el trabajo. Seguramente no pusieron el dinero necesario, pero me da que la banda ya tenía la cabeza en otro lado y tampoco tenían un convencimiento claro de creer en esta historia. Para colmo, el álbum se cerraba, en mi opinión, torpemente, con un remix en plan hip-hop de una de las mejores, sino la mejor del álbum, como era By the Light, cantada a medias por unos raperos colegas de la banda, que no me parece la mejor forma de cerrar un disco, aunque sea en plan chiste. La verdad es que la situación no estaba para muchas bromas...
Unos meses después, los Deicide, se quejarían de lo mismo, de falta de apoyo y compromiso con su cuarto disco, Serpents of the Light, donde claramente se notaba que a los de Roadrunner ya no les interesaba el género y esta historia del death metal tocaba a su epitafio. No creo que el productor Jamie Locke tuviera la culpa, aunque hay que reconocer que la idea se samplear la batería no fue de las mejores, cosa que restó pegada y fuerza al disco. Eran los últimos estertores de un subgénero en completa decadencia que llegados a 1997 había quedado para cuatro nostálgicos. Aguantaban como podían los propios Obituary, Deicide, Dismember y pocos más. El resto habían desaparecido en combate o malvivían por ahí buscando limosna por algún garito.
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Frank Watkins (Dep) en los 90 |
Los Obituary se dieron cuenta de que la vaca no daba más leche, y decidieron chapar el asunto, disolver la banda y buscarse la vida en diferentes curros. Como recordaba el propio y tristemente fallecido en 2015 el buen bajista Frank Watkins: la banda gastaba más de lo que ganaba y todo aquello no les salía a cuentas. Vamos, que palmaban pasta y no quitaban para vivir de eso.
Con una Roadrunner a otras cosas, deseando deshacerse de toda su escudería de bandas deathmetaleras. Cada uno se buscó su camino como buenamente pudo. El Allen West se centró en los Six Feet Under del Chris Barnes. John Tardy y Trevor Peres montaron otros grupos, y tanto Frank Watkins como el otro Tardy (Donald) se emplearon en trabajos normales como podríamos hacer cualquiera de nosotros.
Ya veis que hoy la cosa se va a quedar entre World Demise y Back from the Dead (otro día ya veremos). Dos discos divisivos que significaron el final de la etapa clásica de Obituary, engendrados en dos momentos distintos, pero dentro de la misma década tan maldita para el metal clásico como fueron los 90. Al final solo puede quedar uno, y en este caso elijo World Demise. También disfruto del Back from the Dead, pero el de la refinería humeante anunciadora del fin del mundo, los presentó en un nivel superior. Hasta la próxima, amigos.
A la memoria de Frank Watkins (Dep).
World Demise: 7.5/10
Back from the Dead: 6.5/10
Hombre que bien. Los AC/DC del death metal¡ jajaja.
ResponderEliminarEs que, quitando alguna canción/disco que he escuchado más (sobre todo el Cause of death), lo he oído todo, o casi todo, de esta gente, y quitando pequeños ajustes de producción, se podría poner canciones de cualquier disco en otro y, la gente no lo notaría... (bueno sí, los más fanáticos sí) pero la media de oyentes de death metal no creo.... no me/los veo capaces de decir si una canción es de tal o cual album. Que no se me malinterprete, esto es una opinión y además no tiene porqué ser malo.
Dicho esto, se nota que gran fan no soy, aunque tengo que reconocer que me gustan sus tres primeros discos, los escuché en su momento todos y creo que tengo alguno por ahí, pero no vuelvo mucho a ellos y después, los he oído todos más o menos, pero no he vuelto mucho a ellos. Dos o tres escuchas y a otra cosa.
Respecto a la comparación de estos dos, pues no sé. A mí el World demise se me hace demasiado largo, y la cagada (perdón, canción) final pues no sé. Ni como broma la entiendo. El Back me parece mejor disco, más corto y mas como una vuelta a las raices (que nunca han abandonado), pero sí más directo, más simple.
6 para World y 7 para Back.
Yo también opinaba parecido. Pero una vez los vi en directo, en la gira del Back from the Dead y me parecieron una bandaza. Y eso que no estaban en un buen momento. Se notaba que el grupo estaba un poco quemado. El Allen West estaba un poco pasota y ausente, pero el resto, madre mía. El Trevor Peres te aseguro que te acojonaba. Con esa melena y meneándola como un poseso parecía un auténtico pirado.
EliminarEl sonido fue alucinante. Sonaban perfectos como si estuvieras escuchando el disco. Te hablo de un bolo en 1997, cuando presentaban ese álbum. Desde ese día les tengo todos mis respetos. Es cierto que la fórmula les dio para tres discos. Los tres primeros que son obras maestras del género. A partir de ahí, pues fue casi piloto automático. Tienen su sonido y no hay más.
A mí también me gustó más cuando salió Back from the Dead, me pareció un disco más versátil y directo. Lo malo es que a medida que avanza se desinfla. Se notaba que la banda estaba un poco sin ideas y no había ni presupuesto ni apoyo de la discográfica. Tocaba retirada hasta que todo repuntara otra vez, como así hicieron.
Yo hoy en día valoro más World Demise, es un disco mejor (para mi gusto) que Back from the Dead. Hay más elaboración, canciones más trabajadas y ciertas partes novedosas que metieron y no les quedó muy mal. Es verdad que el disco se hace un poco bola, y quizás un poco largo pero, en general, lo disfruto hoy mucho más que en su día. Aparte de la producción, que aquí es cuando en verdad sonaron en condiciones.
A mí quizás son una banda para un rato. Para pincharlos en ocasiones, y los disfruto mucho, pero no mucho más allá. El Cause of Death, sobretodo. Que me parece su obra mestra. Dale una oportunidad al último que sacaron, que me parece de los mejores que han hecho en los últimos años.
Gracias por pasarte, JCSG. Aguante Obituary!!!! Bullituary, Obituboys..ajjajajajaj
Un saludo.
Ahí te doy toda la razón... en lo de verlos en directo. A mi Arch Enemy, pues bueno, ni fu ni fa... alguna canción suelta y tal, pero no había escuchado discos completos desde los primeros, que tampoco es que me apasionaran... Vienen con Kreator y voy a verlos y, en ese concierto se me encendió la chispa. No te digo que sean mi grupo de cabecera, pero sí que he escuchado ya todos sus discos más a fondo y algo más he encontrado en ellos. Creía que era solamente marketing por cantar una chica guapa, y la verdad, esa mujer tiene más huevos y actitud que muchos otros cantantes que he visto en mi vida. Un conciertazo que dieron.
ResponderEliminarEs que yo creo que en el directo es donde se ve si una banda es buena o no. A mí también me pasó con muchas bandas de verlas en directo y llevarme una decepción.
EliminarA veces es eso, que te flipa mucho una banda y vas a un concierto y dices: joder, tampoco son para tanto. Y otras, que no te molan tanto, y asistes a un show de ellas, y te cambia la opinión.. Lo flipas, vamos.
Con Obituary me pasó algo parecido. Un pasote de concierto. Con un sonidazo de la hostia. Cómo sonaban aquellas guitarras y la batería. Y la voz del John Tardy, era tal cual al disco.
Yo es que en los 90 fui a muchos conciertos y vi de todo. Tuve grandes decepciones. Una muy gorda fue con los Helloween de la época del Better than Raw, que sonaron de pena, tío. Vaya mierda de concierto. No distinguías nada. La banda muy bien, entregados y tal, pero el sonido fue de pena. Otra que también la tenía en las alturas y después de verlos en directo, otra pena más. Los Napalm Death, que sonaron como el culo. Te hablo de 1995.
Muchas bandas también por no gastar pelas y meterlas todas en el bolsillo, no invertían en buenos equipos de sonido, y así pasaba lo que pasaba, que sonaban como una puta mierda. Sin embargo, una que me flipó lo bien que sonaron fueron los Cradle of Filth, que los vi en Portugal a mediados 90 y sonaron de puta madre. Ya te digo que he visto de todo.
Con los Arch Enemy lo flipé mucho con su disco Burning Bridges, que me gustó muchísimo. A ese disco le di mucha cera. Nunca los llegué a ver en directo. Los seguí mucho hasta el Doomsday Machine, después les fui perdiendo la pista...
Pues mira a mí con COF me pasó al contrario... Me gustan mucho y me voy en el 98 a verlos en la extinta sala Canciller (dep)...
ResponderEliminarVenían con Einherjer y y Old mans child. Empiezan los primeros con sonidazo; sale OMC y igual, un sonido acojonante; espectacular la salida con sus velas encendidas y fuego por todos sitios. Y salen COF y subieron tanto el volumen de la voz que sólo se oía al Dani y al Nicholas Baker, que a ese mal bicho, aunque no le pusieran micros a la batería, se le escuchaba... un poco decepcionado quedé, pero ea, a veces pasa.
Por cierto, esto deriva ya en historias de abuelo cebolleta jijiji... yo estuve en tal, y yo en este otro.
Sí, eso es muy típico en los conciertos, que al cabeza de cartel siempre le suben el volumen, lo que pasa es que a veces no beneficia. No es la primera vez que pasa que suenan mejor los teloneros con un volumen más bajo, que el grupo estrella a toda hostia. Pero eso también es por la acústica de la sala, y porque depende el sonido de la banda. Si su música es más grave o más aguda. Son muchos factores.
EliminarLo que está claro es que cuanto más cañera es la banda más jodida es de sonorizar y hacer que suenen bien. Por ejemplo, las bandas de brutal death si no traen un buen equipo y el ingeniero no está acostumbrado, suenan horribles. Después, si le sumas que la sala, como ocurría en muchas ocasiones, eran pabellones o sitios donde no están preparados para conciertos, el resultado suele ser espantoso. No hay cosa que más me joda, que ir a un concierto y que la banda suene mal.
Por eso te digo, que es muy importante invertir en un buen equipo de sonido y traer a tú propio técnico que sabe como ponerte el sonido para que todo suene en su sitio. Otras pasan de todo, y no traen nada, para no gastarse los cuartos y meterlos todo para ellos. Que hay mucha banda cutre por ahí. Con el cuento de que tienen muchos gastos y tal, pasan de invertir en esos aspectos, y es un error muy gordo. Te vas para casa con una mala sensación y eso les repercute después en el prestigio de la banda.
Es que yo ya soy un cebolleta, tío.... jajajajjaj