Cuando todas las bandas suecas se volvían locas para ir a grabar a los Sunlight, hubo unos que se mantuvieron firmes y renunciaron a grabar en eses estudios. Los Unleashed del indestructible guerrero vikingo, Johnny Hendlund, nunca quisieron probar las bondades de esas paredes ni tampoco seguir la estela de los Entombed. Victory fue su cuarto disco, un álbum que se quedó corto para algunos, y que para otros significó una decepción. ¿Demasiado plano? Tal vez. ¿Honesto y coherente? Sin duda. Hoy lo llevamos a nuestro Cielo-infierno o purgatorio particular, esperando que su death metal orgulloso, pagano y sin concesiones, obtenga el beneplácito de los dioses... Es la hora de la Victoria. Es el momento de Unleashed.
En verdad, al hablar de estas leyendas suecas de Unleashed, siempre se les mete en el saco de los pioneros del death metal sueco, pero, en realidad, si analizamos bien sus discos, yo casi los definiría como unos Venom más duros y metálicos. Como una versión death metal de Cronos, Mantas y Abbandon. Es muy clara su influencia de los creadores de obras maestras como Welcome to Hell o Black Metal que acabó dando nombre a todo un nuevo subgénero como fue el propiamente dicho Black Metal.
Si vamos a datos netamente puros, su único disco realmente con sabor a genuino y puro death sueco, es su debut, pero, a partir de aquí, esa etiqueta se difumina y se pierde entre varias ramificaciones. Unleashed siempre han tenido un sonio propio, muy básico pero efectivo, que les ha acompañado todos estos años. Parece claro que después de Across the Open Sea, el death metal se transformaba y la mayoría de bandas death suecas cayeron en la trampa de seguir el Wolverine Blues de Entombed. La mayoría digo, menos estos Unleashed, que siguieron reafirmándose y confiando en su fórmula.
Waldemar Sorychta y Tomas Olsson (dcha) grabando en los Woodhouse, años 90 |
A parte de eso, este Victory adolece del mal que solían tener la mayoría de discos: una primera parte bastante buena, con un inicio poderoso y prometedor a lo Sepultura del Chaos AD, en "Victims of War", y siguiendo con una más rápida y melódica "Legal Rapes", que tiene un parecido ardor guerrero con el himno inmortal como es el "For Whom the bells Tolls" de Metallica, para continuar con unas buenas "Hail of the New Age", y con una gran entrada de batería en una combativa, "The Defender" (el mejor tema), para, a partir de la quinta del trabajo, "In the Name of God", entrar el álbum en unas cinco últimas canciones bastante pobres y poco inspiradas, lo que te dejaba con ese mal sabor de boca de estar ante un disco de los peores de su discografía.
Los Unleashed girando por USA, 94 |
Victory hacía su cuarto disco, y si llegados a este punto no pegas el pelotazo es que no lo vas a conseguir. 1995 se hacía un año muy tardío para conseguir triunfar en un death metal ya devorado por las hordas blackers noruegas y por una industria musical que ponía todo su empeño en otros sonidos.
Interior LP, Victory, 95 |
Johnny y sus muchachos intentaron llevarnos una vez más (de los pioneros en hacerlo) por esas historias de mitología y folklore nórdicas. Sus runas, guerras épicas y hazañas de sus valerosos guerreros, pero sin notar nunca que estemos cruzando los cielos a través de sus carruajes de caballos. Hay ideas, ritmos y riffs bien intencionados, pero la mayoría se quedan en mitad de la nada, como si nunca se llegaran a desarrollar bien del todo, o como si unos expedicionarios invasores en una tierra sagrada tuvieran que salir por patas pena de quedar presos dentro de alguna cárcel cristiana.
Aquí intentaron abrir un poco su propuesta, relajando sus principios y tomando un poco más de riesgos, con una apertura más groove y moderna, bajando un poco el tempo, pero seguramente faltó más inspiración y algo de mejores manos tras la consola. Lo de no querer grabar nada en los Sunlight fue un acto de valentía y personalidad, pero esto tampoco va de querer ser tan especiales y distintos, si no eres capaz de componer buenos temas, mejor recurrir a las manos de un experto.
Después de este Victory, vino un disco en directo, y, poco más tarde, para mi gusto, un más flojo Warrior, que aquí, sí, tocaron fondo, para ya metidos en 1997, tomarse un descanso y parar hasta 2002, que es cuando regresaron a la escena con un también mal considerado Hell´s Unleashed.
Fredrik Lindgren (DEP) |
Mi decisión final está tomada y mi veredicto lo lanzo como una flecha incendiaria, entre la niebla, esperando dar en la llave del purgatorio que encierra este Victory, y le conceda, ahora sí, después de 30 años, su paso al Cielo: "Odín guía mi lanza, y conquistaré mi destino. Odín guía mi espada a la vida eterna". Hasta la próxima, amigos.
7/10
A la memoria de Fredrik Lindgren (DEP)
PD: Os dejo un video con el tema The Defender. El álbum completo, más abajo.
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