viernes, 27 de junio de 2025

Unleashed y su Victory: death metal sueco sin perfume Sunlight


Cuando todas las bandas suecas se volvían locas para ir a grabar a los Sunlight, hubo unos que se mantuvieron firmes y renunciaron a grabar en eses estudios. Los Unleashed del indestructible guerrero vikingo, Johnny Hendlund, nunca quisieron probar las bondades de esas paredes ni tampoco seguir la estela de los Entombed. Victory fue su cuarto disco, un álbum que se quedó corto para algunos, y que para otros significó una decepción. ¿Demasiado plano? Tal vez. ¿Honesto y coherente? Sin duda. Hoy lo llevamos a nuestro Cielo-infierno o purgatorio particular, esperando que su death metal orgulloso, pagano y sin concesiones, obtenga el beneplácito de los dioses... Es la hora de la Victoria. Es el momento de Unleashed


1. Victims of War (04:13)
2. Legal Rapes (03:10)
3. Hail the New Age (03:09)
4. The Defender (03:19)
5. In the Name of God (03:44)
6. Precious Land (05:00)
7. Berserk (01:55)
8. Scream Forth Aggression (03:54)
9. Against the World (03:00)
10. Revenge (02:36)

Engineering: Fredik Andersson
Century Media, 1995


Durante mucho tiempo siempre pensé que estos suecos venidos de la provincia de Estocolmo habían estado alguna vez grabando en los míticos Sunlight. Nunca sospeché (ingenuo de mí) que ese sonido que tenían fuera grabado fuera de los dominios del Tomas Skogsberg. Fue un día, a raíz de estar escuchando (creo) un disco de ellos, cuando se me dio por urgar en el libreto, y mi sorpresa fue ver que ninguno de sus discos fue grabado allí. Ni su legendario debut de 1991, Where No Life Dwells, ni su continuación, Shadows in the Deep, de 1992 (para mí su mejor disco) ni tampoco su tercer largo Acroos the Open Sea, fueron producidos por uno de los escultores del famoso buzzsaw sound. Por lo que, en cierta forma, esta gente siempre ha querido mantener una distancia con todo eso, forjándose una personalidad bien marcada que siempre han conservado.

Como reconocía el propio Johnny Hedlund, fundador y mentor de estos Unleashed, además de ser toda una leyenda viva y uno de los padres de la génesis del death sueco, que formó parte de los Nihilist entre 1988 y 1989, y que sería el embrión de lo que después se dio en llamar Entombed. Esa decisión (me refiero de no grabar en los Sunlight) fue algo premeditado y decidido, conscientes para no sonar igual que el resto de capos de la escena sueca de death metal. Decisión atrevida y valiente de aquella, pero también un arma de doble filo, si bien ese sonido motosierra se extendió como la pólvora y muchas bandas corrieron a imitarlo, tanto unos como otros, acabaron en el mismo sitio. Con la muerte del Death metal a mediados de los años 90, la mayoría desaparecieron o acabaron haciendo otra música distinta a sus inicios.

En verdad, al hablar de estas leyendas suecas de Unleashed, siempre se les mete en el saco de los pioneros del death metal sueco, pero, en realidad, si analizamos bien sus discos, yo casi los definiría como unos Venom más duros y metálicos. Como una versión death metal de Cronos, Mantas y Abbandon. Es muy clara su influencia de los creadores de obras maestras como Welcome to Hell Black Metal que acabó dando nombre a todo un nuevo subgénero como fue el propiamente dicho Black Metal.

Si vamos a datos netamente puros, su único disco realmente con sabor a genuino y puro death sueco, es su debut, pero, a partir de aquí, esa etiqueta se difumina y se pierde entre varias ramificaciones. Unleashed siempre han tenido un sonio propio, muy básico pero efectivo, que les ha acompañado todos estos años. Parece claro que después de Across the Open Sea, el death metal se transformaba y la mayoría de bandas death suecas cayeron en la trampa de seguir el Wolverine Blues de Entombed. La mayoría digo, menos estos Unleashed, que siguieron reafirmándose y confiando en su fórmula.


Waldemar Sorychta y Tomas Olsson (dcha) grabando en los Woodhouse, años 90

No creo que dejar al productor Waldemar Sorcyhta fuera una buena decisión. Si nos fijamos detenidamente en sus dos primeros elepés, ambos trabajos tenían una atmósfera especial. Ese fondo y groove que solo el productor polaco sabían darles, era lo que elevaba sus canciones a otro nivel. Con el cambio de estudios y producción, encargándole esas tareas a un desconocido ingeniero sueco llamado Fredrik Andersson, el sonido empeoró, y ese es uno de los problemas (en mi opinión) que tiene este Victory, que es el que os planteo hoy. La producción suena pobre, demasiado espartana, y los temas como huecos. Es como si faltara algo en las canciones. Por eso esa sensación generalizada de estar ante un disco plano y aburrido. Más de lo mismo, pero peor, provocado por una producción general muy opaca y sosa. Las guitarras seguían sonado poderosas, densas y graves, pero cuando entraba la batería, sobretodo el bombo, la consistencia del disco se resentía y todo el conjunto sonaba a cartón piedra.

A parte de eso, este Victory adolece del mal que solían tener la mayoría de discos: una primera parte bastante buena, con un inicio poderoso y prometedor a lo Sepultura del Chaos AD, en "Victims of War", y siguiendo con una más rápida y melódica "Legal Rapes", que tiene un parecido ardor guerrero con el himno inmortal como es el "For Whom the bells Tolls" de Metallica, para continuar con unas buenas "Hail of the New Age", y con una gran entrada de batería en una combativa, "The Defender" (el mejor tema), para, a partir de la quinta del trabajo, "In the Name of God", entrar el álbum en unas cinco últimas canciones bastante pobres y poco inspiradas, lo que te dejaba con ese mal sabor de boca de estar ante un disco de los peores de su discografía.

Los Unleashed girando por USA, 94

Tampoco creo que sea el peor de todos, pero sí, honestamente, un disco que no cumple las expectativas. Creo que aquí se juntaron un cúmulo de situaciones y malas decisiones: un cambio de estudio, como os dije, desacertado. Un momento para la escena en capa caída, donde el death sueco en particular, y el death metal en general estaban siendo desplazados por el nuevo subgénero del Black Metal que había irrumpido con fuerza. Y, quizás, también, una fórmula musical que seguramente ya no daba para más.

Victory hacía su cuarto disco, y si llegados a este punto no pegas el pelotazo es que no lo vas a conseguir. 1995 se hacía un año muy tardío para conseguir triunfar en un death metal ya devorado por las hordas blackers noruegas y por una industria musical que ponía todo su empeño en otros sonidos.

Interior LP, Victory, 95

Unleashed forman parte de ese selecto y exclusivo grupo de bandas con un sonido muy definido y pétreo, que los convierten en bandas de culto fieles a una idea, pero encasilladas en un estilo concreto, donde cualquier variación de su fórmula resultaba mal vista por su legión de fans.

Johnny y sus muchachos intentaron llevarnos una vez más (de los pioneros en hacerlo) por esas historias de mitología y folklore nórdicas. Sus runas, guerras épicas y hazañas de sus valerosos guerreros, pero sin notar nunca que estemos cruzando los cielos a través de sus carruajes de caballos. Hay ideas, ritmos y riffs bien intencionados, pero la mayoría se quedan en mitad de la nada, como si nunca se llegaran a desarrollar bien del todo, o como si unos expedicionarios invasores en una tierra sagrada tuvieran que salir por patas pena de quedar presos dentro de alguna cárcel cristiana.

Aquí intentaron abrir un poco su propuesta, relajando sus principios y tomando un poco más de riesgos, con una apertura más groove y moderna, bajando un poco el tempo, pero seguramente faltó más inspiración y algo de mejores manos tras la consola. Lo de no querer grabar nada en los Sunlight fue un acto de valentía y personalidad, pero esto tampoco va de querer ser tan especiales y distintos, si no eres capaz de componer buenos temas, mejor recurrir a las manos de un experto.

Después de este Victory, vino un disco en directo, y, poco más tarde, para mi gusto, un más flojo Warrior, que aquí, sí, tocaron fondo, para ya metidos en 1997, tomarse un descanso y parar hasta 2002, que es cuando regresaron a la escena con un también mal considerado Hell´s Unleashed.

Fredrik Lindgren (DEP)

El viejo guerrero vikingo Johnny Hedlund decía que era posible desarrollarse dentro del Death Metal sin salirse de él. No sé si al final lo consiguieron, pero lo que está claro es que sus fuertes convicciones en su sonido los han llevado a ser la única banda del grupo sagrado y selecto, los conocidos como Los cuatro grandes del swedish death metal (entiéndase; Entombed, Dismember, Grave y los propios Unleashed) que más lejos han llegado y que todavía siguen en activo. Ya que tanto los de Nicke Anderson y creadores del trabajo que originó todo este tinglado Left hand Path, hace bastantes años que están desaparecidos y no sacan material, por lo menos desde 2007. 

Otro tanto de lo mismo pasa con los Desmembradores de Estocolmo, que llevan desde 2008 sin editar un nuevo largo. Solo los Grave, han publicado un disco nuevo, aunque hablamos ya de 2015, osea 10 años, por lo que estos Unleashed son los que más activos han estado sacando álbumes más o menos frecuentemente.

Mi decisión final está tomada y mi veredicto lo lanzo como una flecha incendiaria, entre la niebla, esperando dar en la llave del purgatorio que encierra este Victory, y le conceda, ahora sí, después de 30 años, su paso al Cielo: "Odín guía mi lanza, y conquistaré mi destino. Odín guía mi espada a la vida eterna". Hasta la próxima, amigos.

7/10

A la memoria de Fredrik Lindgren (DEP)


 PD: Os dejo un video con el tema The Defender. El álbum completo, más abajo.

Unleashed - Victory


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